México y la integración de América Latina

AutorOlga Pellicer

Detrás de tantas palabras, asomaban los problemas: las percepciones distintas que cada uno tiene sobre la utilidad de la nueva organización, los objetivos contradictorios, la ausencia de compromisos concretos. La Celac no tiene sede, no tiene secretariado, no tiene presupuesto, no tiene mecanismos de seguimiento, no tiene un mandato claro. Es una sigla más entre las numerosas organizaciones para la integración que vienen operando en América Latina desde hace más de 50 años.

La creación de la Celac merece una reflexión. En parte, porque representa un retroceso respecto a lo que ya existía; en parte, porque obliga a ver con ojo crítico lo que fue presentado como una de las piezas centrales de la política exterior del gobierno de Felipe Calderón. Baste recordar la pompa y los festejos que tuvieron lugar durante la reunión de la Celac celebrada en Cancún en febrero del 2010. ¿Por qué un retroceso? y ¿por qué un fracaso?

Un primer problema para la Celac surge del hecho que ésta incorpora a los países del Caribe inglés. En principio, es un paso positivo para tener diálogo con esa parte del continente con la que conviene fortalecer lazos. Sin embargo, otro debería ser el camino para lograrlo. El discurso para la integración latinoamericana ha tenido siempre un fuerte acento en la cultura, la lengua y el pasado histórico común, lo que ahora pierde pertinencia. Por lo demás, si ya era difícil llegar a acuerdos en el pasado, ahora lo será todavía más.

La segunda dificultad surge de la identidad incierta de la nueva organización. Para algunos, al reproducir a la OEA, sin los Estados Unidos y Canadá, su motivación principal es la exclusión de esos países, en particular Estados Unidos. Para otros, uno de los retos es convivir con las organizaciones existentes incluyendo, desde luego, a la OEA.

La tercera dificultad, en mi opinión la más compleja, es que durante los últimos años se ha profundizado la diversidad de proyectos económicos y políticos, así como de alianzas externas en América Latina. El tema de la seguridad lo ilustra bien. Si vemos la situación desde México o Centroamérica, dominados por la amenaza del narcotráfico, la vinculación con Estados Unidos se ha hecho más estrecha. Si vemos desde Venezuela o Brasil, con sus visiones particulares de las amenazas que pueden acecharlos, tales vínculos se han debilitado; a cambio aparecen alianzas extracontinentales interesantes: con Rusia e Irán en el caso del primero, con Francia y China en el caso...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR