México exporta su guerra

AutorRicardo Ravelo

San José.- Los tentáculos de los cárteles mexicanos del narcotráfico ya están metidos en varios países de Centroamérica, donde controlan de manera férrea el tráfico de drogas. Los gobiernos centroamericanos se preparan a enfrentar lo que llaman “una avasallante violencia como la que se vive en México”.

Las autoridades de Costa Rica aseguran que los países líderes del continente en el tráfico de drogas son Colombia y México: el primero mantiene su hegemonía en el suministro de cocaína, en tanto que los cárteles mexicanos dominan el transporte y se infiltran en instituciones de seguridad gracias a lo que saben hacer mejor: corromper y matar.

“Centroamérica está entre el yunque y el martillo; es decir entre Colombia y México, y eso es sumamente peligroso. Los efectos de la guerra en México ya nos impactaron: hasta nuestro país llegan los sicarios mexicanos a ejecutar a narcos costarricenses”, asegura a Proceso José María Tijerino Pacheco, ministro de Gobernación, Policía y Seguridad Pública de Costa Rica.

De acuerdo con Jorge Chavarría, fiscal general de Costa Rica, “la ingobernabilidad que vive México y la violencia del narco ya fueron exportadas a este país. Estamos viendo lo que no veíamos antes: ejecuciones, tiroteos y mucha plata del narcotráfico que se lava en la compra de tierras y bienes inmuebles”.

Con base en informes de inteligencia de la policía costarricense, la lucha que se libra en México contra los cárteles locales los empuja a ampliar sus actividades hacia Centroamérica, donde tienen representantes y dominan el tráfico de drogas junto con los colombianos.

Si bien la presencia del narco mexicano no es nueva en este país –Caro Quintero fue capturado aquí en los ochenta y El Chapo Guzmán lo fue en Guatemala en 1993–, a partir de 2005 el territorio costarricense ya no fue usado sólo como ruta de paso, como antes: ahora es refugio de capos mexicanos que han comprado mansiones y casas de seguridad y tienen redes que llevan la droga de Colombia a Estados Unidos y Europa, sostiene la inteligencia costarricense.

En zonas como Jacob o Limón, por ejemplo, sorprende a las autoridades que “de la noche a la mañana” se hayan desatado las ejecuciones y hayan surgido grandes fortunas cuyos poseedores son, en su mayoría, pescadores o campesinos que no hace mucho apenas eran dueños de una parcela y ahora se ostentan como propietarios de fincas o departamentos tasados en millones de dólares.

También creció el número de personas detenidas hasta con un kilo de cocaína en el estómago y que han tenido que ser intervenidas quirúrgicamente para salvarles la vida. Con la llegada del narco mexicano se ha echado mano de todo tipo de gente para esa labor: jóvenes, embarazadas, ancianos. Al negocio se han metido familias enteras cuya posición económica se proyectó desmesuradamente en poco...

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