México, a la deriva

AutorHomero Campa

México perdió el rumbo: va a la deriva en momentos en que el orden internacional es particularmente incierto debido a las crisis que lo sacuden y a los cambios en las coordenadas mundiales, cuyo eje se movió hacia China. Además la política exterior de Felipe Calderón carece de un proyecto integral -que identifique prioridades y fije metas y estrategias para alcanzarlas- en la relación bilateral más importante para el país: Estados Unidos.

En los hechos dicha relación bilateral está "orientada" por la "inercia de los problemas de seguridad en México". De continuar esta tendencia el país se expone a graves riesgos, entre ellos "la influencia creciente de los servicios de inteligencia de Estados Unidos sobre las fuerzas del orden" en el país.

Tales señalamientos aparecen en el libro Los retos internacionales de México, urgencia de una nueva mirada (Siglo XXI, 2011), que reúne ensayos de expertos en política exterior coordinados por Guadalupe González, investigadora de la División de Estudios Internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económicas, y por Olga Pellicer, diplomática de larga carrera, investigadora del Departamento de Estudios Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y colaboradora de Proceso.

Las observaciones de los expertos contrastan con lo expresado por Felipe Calderón el pasado jueves 5 durante una comida con embajadores y cónsules mexicanos que celebraron su XXIII reunión anual. "Me siento contento porque México está mostrando un rol de responsabilidad y también de liderazgo a escala mundial", declaró.

Incertidumbre

En la introducción del libro, González y Pellicer recuerdan que ya en 2005 diversos académicos advertían que "más que en otros momentos de su historia reciente, México parece haber perdido el rumbo, de suerte que en momentos de transición y redefinición del orden internacional se encuentra a la deriva comparado con otros países con peso económico y político similar".

Más de un lustro después, señalan, "las consecuencias de la falta de rumbo y asertividad resultan más evidentes y alarmantes debido a la necesidad que enfrenta el país de responder a un entorno internacional particularmente incierto y apremiante".

Enumeran algunos aspectos: la crisis económica en Estados Unidos y en Europa y la falta de definición en las reformas a la estructura financiera internacional que otorguen estabilidad a la economía del mundo; las revueltas en los países árabes que han hecho caer a los regímenes autoritarios, lo que puede derivar en inestabilidad en una región que concentra las mayores reservas de petróleo; el cambio en las coordenadas del poder internacional, cuyo eje se movió de Occidente a Oriente, principalmente a China "donde se encuentra ahora el punto...

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