Memoria y psique freudiana en el juego de la fantología

AutorRosaura Martínez Ruiz
CargoDoctora en filosofía por la UNAM. Maestra en filosofía por la New School University de Nueva York. Licenciada en psicología por la UNAM. Realiza una estancia posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM
Páginas201-224
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Andamios
MEMORIA Y PSIQUE FREUDIANA EN EL JUEGO DE LA FANTOLOA
Rosaura Martínez Ruiz*
RESUMEN. .
. .
. De la analogía que establece Freud entre el aparato
psíquico y un artefacto de escritura se desprenden algunas con-
secuencias teóricas y clínicas. Enrminos teóricos, cuando el
mecanismo del aparato psíquico es un proceso de inscripción, la
huella mmica es alterable. Si la huella puede modificarse, la me-
moria es un fenómeno inmerso en lo que Derrida llama fantología
u ontología asediada por “fantasmas” provenientes del pasado y
del futuro, y no un archivo de “presentes” ya pasados. La memoria
queda entonces en sintonía con la versión derrideana de acon-
tecimiento en tanto sobreviene como repetición en diferencia, esto
es, en tanto que toda “nueva” impronta guarda algo del texto psíqui-
co previo no obstante emerge como inauguración. Clínicamente
se devela necesario abandonar la búsqueda de un sentido último
y originario del discurso del paciente.
PALABRAS CLAVE: Huella mmica, deconstrucción, fantología, acon-
tecimiento, inscripcionalidad.
INSCRIPCIONALIDAD EN EL APARATO PSÍQUICO FREUDIANO
A lo largo de toda su obra, la psique1 en Freud aparece como un aparato
que, en tanto tal, tiene dos caractesticas fundamentales: primero, se
entiende mecánicamente y segundo, es irreducible a cualquier órgano
* Doctora en filosofía por la UNAM. Maestra en filosofía por la New School University
de Nueva York. Licenciada en psicología por la UNAM. Realiza una estancia posdoctoral
en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM. Correo electrónico:
rosauramart@hotmail.com.
1 Luiz Alberto Hanns, en su Diccionario de términos alemanes de Freud, dice: “Freud
consideraba que la palabra Seele era una buena traducción germánica para el término
griego Psyc (Psyche en la grafía alemana). En alemán, de acuerdo con el contexto, Seele
puede tener el sentido de ‘espíritu’, ‘alma’, ‘psique’, ‘psiquis’, o ‘mente’” (Hanns, 2001:
374).
Volumen 7, número 14, septiembre-diciembre, 2010, pp. 201-224
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anatómico materialmente aprehensible. Esta concepción de la psique
explica por qué Freud, desde muy temprano en su trabajo, buscó ana-
logías con aparatos tecnológicos (cámaras fotográficas, telescopios y
microscopios) para explicar el funcionamiento del aparato psíquico.
Pero el insistente uso de estas analogías no responde exclusivamente
ni a una intención pedagógica ni a la necesidad de transmitir un saber
todavía en formación, sino que da cuenta también del diso mecánico
que el mismo Freud daba a un aparato que, se puede decir, era exclu-
sivamente “producto de su imaginación”. En 1900, en La interpretación
de los sueños, Freud hace una manifiesta petición al lector de imaginar
este aparato, dice: “Nos mantenemos en el terreno psicológico y sólo
proponemos seguir esta sugerencia: imaginarnos el instrumento del
que se valen las operaciones del alma como si fuera un microscopio
compuesto, un aparato fotográfico, o algo semejante (Freud, 1900:
529. Cursivas mías).
Veinticinco años después de La interpretación de los sueños, Freud
escribe un pequeño y curioso texto que titula “Nota sobre la pizarra
gica”. Lo extraordinario de este artículo es que trata de una co-
municación a propósito del descubrimiento, en el mercado, de un
juguete infantil: un bloc donde se traza con un buril sobre una superficie
que posee la propiedad de borrarse repetidamente y conservar a la vez,
de una ingeniosa manera, lo borrado. Este artefacto se acomodaba per-
fectamente, sen Freud, como ilustración del aparato psíquico, que
en esos momentos le parece poder caracterizar como una suerte de má-
quina. Esta es la descripción que hace Freud de la pizarragica:
La pizarragica es una tablilla de cera o resina de color
oscuro, colocada en un marco de cartón; hay sobre ella
una hoja delgada, transparente, fija en el extremo superior
de la tablilla de cera, y libre en el inferior. Esta hoja es la
parte más interesante del pequeño aparato. Consta de dos
estratos que pueden separarse entre, salvo en ambos r-
genes trasversales. El de arriba es unamina transparente
de celuloide, y el de abajo, un delgado papel encerado,
también transparente. Cuando el aparato no se usa, la

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