Maza: un jesuíta fuera de serie

AutorMarta Lamas

Pero además Enrique Maza, hombre fino y erudito, tuvo cercanía con las feministas que luchábamos por la despenali-zación del aborto en el Distrito Federal. Con el conocimiento que tenía del derecho canónico, Maza nos ilustró sobre un dato que los obispos ocultan sistemáticamente: el hecho de que en el Código de Derecho Canónico se aceptan atenuantes y excluyentes en vigor sobre la interrupción del embarazo. A los artículos de ese código se les llama "cánones", y en el canon 1,323 se establecen algunas circunstancias en las que la mujer que aborta no queda sujeta a ninguna pena: "cuando la mujer es menor de 16 años" (canon 1,323, inciso Io); "cuando actuó presionada por miedo" (canon 1,323, inciso 4o); "si lo hizo por necesidad" (canon 1,323, inciso 4o); "si actuó para evitar un grave daño" (canon 1,323, inciso 4o); "cuando ignoraba que infringía una ley" (canon 1,323, inciso 2o); "si actuó en legítima defensa" (canon 1,323, inciso 5o); "si actuó por violencia o de manera accidental" (canon 1,323, inciso 3o); "cuando la mujer carecía de razón o sufría alguna deficiencia mental" (canon 1,323, inciso 6o).

Maza nos explicaba que si se toma en cuenta que el Código de Derecho Canónico contempla estas excepciones para la aplicación de una pena, se puede deducir que las autoridades eclesiásticas que lo elaboraron consideraron que una mujer que recurre al aborto no puede ser condenada siempre, y que hay cuestiones que atenúan su pecado, como la edad, el miedo, la legítima defensa, hacerlo por necesidad o para evitar un gran daño. Así, nuestro querido jesuíta nos dio los conocimientos para enfrentar la cerrazón de los obispos que siempre condenan el aborto.

Enrique Maza era un sacerdote fuera de serie, comprometido y audaz en sus convicciones. Aparte de darnos esta valiosa información, en varias ocasiones nos acompañó y expresó públicamente su postura. Recuerdo especialmente dos de ellas. Una fue por el caso Paulina, la adolescente de 13 años que se embarazó a raíz de una violación y a quien el director de un hospital público engañó para no practicarle el aborto legal. Para no parir a los 14 años el producto de una violación, Paulina había solicitado, con el apoyo de su familia, el aborto legal al que tenía derecho. El Ministerio Público giró al Hospital General de Mexicali la orden para que se realizase el aborto. Sin embargo, minutos antes de la intervención programada, el director del nosocomio llamó a la madre de Paulina y, al solicitarle...

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