Estado Mayor Presidencial, retos en puerta

AutorErnesto Villanueva

En México el EMP es -ha sido- al mismo tiempo un cuerpo de seguridad presidencial, un equipo de inteligencia militar y un grupo con destrezas de logística y estrategia bien preparado y, especialmente, muy bien remunerado, si se le compara con los miembros regulares de las fuerzas armadas del país. El qué está fuera de duda. El cómo es todavía un interrogante por los retos que ese proceso de reinserción conlleva, para que cumpla los propósitos que serían deseables para el interés de la nación.

Con una nómina formal de más de 6 mil elementos, así como más de 2 mil contratados por honorarios, el EMP es incluso mucho más grande que el ejército regular con el que cuentan varios países de América Latina.

A diferencia de lo que sucede en la burocracia, donde la salida de los "expertos" - que se ha vendido como un espantapájaros para justificar los sueldos de privilegio que no tienen relación alguna en la experiencia comparada- puede fácilmente ser suplida con creces por muchísimos doctores mexicanos que estudiaron con becas pagadas por el pueblo de México en las mejores universidades del mundo, en el caso del EMP el asunto es muy distinto.

En el caso de los burócratas se tiene contemplado que haya un estado anímico de depresión y enojo. Esa circunstancia, empero, no representa ningún peligro para la estabilidad y la seguridad nacional de México. Pero. ¿qué decir de cientos de expertos en explosivos, de maestros en artillería, de especialistas en guerra de guerrillas, de doctos en el manejo de equipos de intercepción de comunicaciones, de elementos de élite formados en Estados Unidos e Israel con las mejores técnicas para abatir al enemigo? ¿Alguien cree que estos hombres y mujeres, que por circunstancias del destino hoy tienen sueldos elevados y con labores especializadas, van a aceptar con franciscana resignación llegar a la Sedena o a la Semar con ingresos menores y destinados a tareas operativas, sin el estatus psicológico y real que significa ser parte del EMP?

De entrada, sería una locura tener en la Sedena y en la Semar a elementos de primera y elementos de segunda, no sólo porque no hay -o por lo menos no están pensados para ese propósito- recursos públicos, sino porque hacer esa distinción generaría una caída pertinaz en el estado de ánimo de la mayor parte de las fuerzas armadas.

De cara a este contexto, es previsible la salida en las mejores condiciones que puedan negociar y eventualmente con el grado superior de una...

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