Entrevista/ Mario Villanueva Madrid/ Me tienen como trofeo de la lucha antinarco

AutorSergio Caballero

REFORMA / Quintana Roo

CANCUN.- Desde el penal de máxima seguridad de La Palma, el ex Gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, señala que el proceso por narcotráfico en su contra es por "diferencias" con el ex Presidente Ernesto Zedillo, y porque se le responsabilizó de una "campaña periodística" en un diario local en contra del banquero Roberto Hernández.

Tras dos años y dos meses de permanecer prófugo y casi cuatro meses detenido, cuestiona al Presidente Vicente Fox de mantener la misma actitud de la administración anterior de "condenarlo injustificadamente".

Niega cualquier relación con los capos del Cártel de Juárez, Alcides Ramón Magaña y Albino Quintero Meraz, y señala que el ex subdirector de la Policía Judicial del Estado, Oscar Benjamín García Dávila, señalado por la PGR como su "enlace" con esos presuntos narcotraficantes, "llegó recomendado" por un General del Ejército.

Reconoce que tiene cuentas en el extranjero y también acepta que durante su mandato creció el narcotráfico en Quintana Roo, pero "por contubernio y complicidad" de la PGR.

Señala que envió una carta al Procurador Rafael Macedo en la que le informaba de su pronta entrega, "porque no tenía caso seguir esperando", pero que, en este proceso, fue detenido por un descuido.

De su sucesor, Joaquín Hendricks, prefiere el juicio de la sociedad, pero destaca que empresarios a los que apoyó y actualmente militan en la oposición, como los panistas Francisco Córdova Lira y Francisco López Mena, además del perredista Gastón Alegre, "son gente valiosa".

A continuación, el texto integro de las respuestas del ex Gobernador Mario Villanueva a un cuestionario que REFORMA le envió al Penal de Máxima Seguridad de La Palma, en el Estado de México.

¿Dónde estuvo los dos años? ¿Qué hacía? ¿Es cierto que estuvo en varios países?

Debo mantener reserva sobre los lugares en que estuve mientras permanecí oculto por protección de quienes me tendieron la mano. Son gente buena y de bien y no tendría inconveniente en divulgar sus nombres si garantizaran su seguridad y protección jurídica las autoridades, lo cual me parece poco probable.

Sin embargo, ya habrá oportunidad de hacerlo y podré probar que llevé una vida sana en todos sentidos, austera y alejada de cualquier vicio.

Las condiciones por las que tuve que ocultarme fueron en extremo difíciles para mí, y por ello tuve que hacer un gran esfuerzo para cuidar mi salud mental, física y espiritual. Convertí el obligado refugio en un retiro con un método y una disciplina que me permitiera superar los efectos de la adversidad. Esto, en tanto, esperaba que se pudieran dar las condiciones de imparcialidad en el Gobierno federal, y muy en particular en la PGR, para entregarme y enfrentar jurídicamente, desde la cárcel, las acusaciones que de manera dolosa me hicieron.

Su familia insiste en que fue un perseguido político. ¿Qué intereses afectó? ¿Quiénes son estos rivales políticos?

Considerarme un perseguido político, es una conclusión lógica que mi familia asumió, pues conoció a fondo la forma arbitraria e ilegal con que actuaron los funcionarios de la PGR para incriminarme.

Asimismo, pudieron constatar cómo me cerraron las puertas en la Presidencia de la República y la PGR. Tanto el Presidente Zedillo como el Procurador Jorge Madrazo se negaron totalmente a atenderme y a tomar en cuenta mi permanente solicitud de información en relación con las imputaciones producto de la perversa maquinación que estaban realizando en contra mía. Se me negó por completo la información para evitar que conociera las acusaciones y las aclarara, así como tampoco aceptó mi disposición para enfrentar de inmediato el juicio que correspondiera para resolver la situación.

Por otro lado, es cierto que tuve muchas diferencias con el Presidente Zedillo, que generaron una mala relación de él hacía mí.

Entre éstas, hubieron asuntos de carácter político que significaban imposiciones del entonces Presidente en Quintana Roo, las cuales no permití, pues hubieran afectado la buena marcha del estado.

Otras surgieron por mi participación en la búsqueda de la democratización del PRI y la propuesta de elección del candidato a la Presidencia de la República, lo que le incomodó, pues estaba fuera de sus planes. Aún más se agravó mi situación con él por haber sido yo un promotor abierto y decidido de Manuel Bartlett y Roberto Madrazo como opciones para la elección interna del PRI.

También me atreví, en julio de 1997, a hacerle una propuesta para darle un rostro humano y social a la línea económica de su Gobierno y, aún más, a vincularlo con los principios y plataforma del PRI, porque a mi juicio, él estaba actuando en forma individual buscando realce personal en demérito de su...

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