"Los marinos se llevaron a mi hermano"

AutorGloria Leticia Díaz

Habitual lector de Proceso, Felipe Hernández fue alertado el 6 de mayo por un conocido para que de inmediato adquiriera el número 2166 del semanario, a fin de conocer el motivo por el que su cuñado Gabriel Gaspar Vázquez había dejado de tener contacto con su familia, luego de que el 26 de marzo último informó desde Nuevo Laredo, Tamaulipas, que al día siguiente cruzaría la frontera en busca de trabajo.

Al leer el reportaje Tamaulipas: Tres meses de terror bajo el yugo de la Marina, Felipe Hernández y su esposa, Lucía Gaspar, habitantes de la Ciudad de México, pasaron de la convicción de que Gabriel habría sido detenido por la mi-gra en Estados Unidos -y que no tardaría en regresar- a la incertidumbre de tener un familiar víctima de desaparición forzada.

La investigación expone la desaparición de al menos 28 personas a manos de elementos de la Secretaría de la Marina (Semar), 17 de las cuales fueron documentadas por el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CD-HNL), entre ellas las de Gabriel Gaspar, originario de Oaxaca, y la de su amigo Daniel Trejo García, quienes fueron sacados del domicilio del segundo durante la madrugada del 27 de marzo último, de acuerdo con el testimonio de Jessica Molina, esposa de Trejo.

Ante la noticia, Lucía dirigió una carta al secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, en la que le rogó que dejara en libertad a su hermano Gabriel ante "testimonios y evidencias sólidas" de que personal de la Secretaría de Marina (Semar) lo había detenido en Nuevo Laredo.

"La vida de mi hermano y de su amigo está en sus manos", sentencia la misiva, fechada el 16 de mayo último, la cual fue rechazada por el personal de la Semar en la Ciudad de México.

"En dos ocasiones llevé la carta a la Semar y se negaron a recibirla; (me dijeron) que tenía que hablar a la Presidencia y pedir una investigación. Me dijeron que posiblemente fueron delincuentes disfrazados de la Marina; pero mi cuñado no tenía motivos para estar en problemas con la delincuencia. Es un joven trabajador, honrado, no tiene vicios. Lo único que quería era una mejor vida para su familia. Tiene una niña de nueve meses y su esposa estaba embarazada cuando él salió de Oaxaca", explica Felipe en entrevista.

Originarios de la comunidad San Francisco Jayacaxtepec, ubicada a 150 kilómetros de la capital oaxaqueña, en la sierra mixe, Lucía y Gabriel son los menores de 11 hermanos de extracción humilde.

"Mi hermano había vivido 14 años en Estados Unidos, en Annapolis, Maryland, haciendo de todo, de albañil, instalaciones eléctricas y se vino porque se murió mi papá. Estuvo un año con mi mamá y después ella murió también. Quiso regresar porque en el pueblo no hay oportunidades", cuenta Lucía...

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