Manos libres para los mercenarios

AutorJuan Gasparini

GINEBRA.- Tras su fundación en 1945, la Organización de las Naciones Unidas creó los grupos de expertos o “relatores especiales”, que se abocaron de inmediato a documentar las violaciones a los derechos humanos en todo el mundo y a divulgar sus resultados.

La década pasada, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en esa ciudad, mandató a cinco especialistas en la materia que trabajan de manera independiente para que representaran a todos los continentes.

Presidido por el español José Gómez del Prado, el grupo de especialistas lleva años investigando la utilización de mercenarios por empresas privadas y aun paraestatales, como Petróleos Mexicanos (Pemex), para que vigilen sus instalaciones. En febrero de 2007, el consejo dio a conocer un informe de ese grupo de trabajo “sobre la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación” (Proceso 1655).

Entrevistado por este semanario sobre el caso México, Gómez del Prado responde que su grupo aún no consigue que las autoridades colaboren en esta lucha planetaria para frenar tan grave violación de derechos humanos.

Relata: “En 2008, tras haber recibido informaciones sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en México por uniformados federales, estatales y municipales, presumiblemente asesorados por empresas militares privadas, el grupo de trabajo de la ONU sobre la utilización de mercenarios envió una carta al gobierno mexicano. En ella explicamos que teníamos información en el sentido de que, en 2006, instructores de la empresa Global Risk Solutions Inc. presuntamente entrenaron a agentes federales en técnicas de tortura en León, Guanajuato”.

Indicamos también que teníamos información de que las actividades de la compañía estadunidense SY Coleman había generado una gran preocupación en México, dice el entrevistado.

La razón: en agosto de 2007 la firma (subsidiaria de L-3 Communications y especializada en seguridad) convocó a exmilitares estadunidenses para vigilar las instalaciones de Pemex en Veracruz.

En 2010, agrega, solicitamos al gobierno de Felipe Calderón su autorización para visitar el país a fin de evaluar de manera conjunta las actividades de las empresas militares y de seguridad privadas; tampoco hubo respuesta.

–El caso de México no es el único. Da la impresión de que empresas nacionales y trasnacionales suelen utilizar mercenarios para esos fines. ¿Qué medidas...

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