De manos (IV)

AutorFrancisco Toledo

Me gustaba ver la magia de las manos que se transforman en distintos animales, eran sombras que se movían como si fuera un cine.

En esta colaboración sobre las manos también se incluye un texto del Popol Vuh; esto recordando a don Andrés Henestrosa, quien en una ocasión en una plática decía que la palabra nisa xhinni (saliva) y nisa xiini' (hijo) en zapote-co suenan casi igual.

Su significado se puede entender como si el hijo fuera procreado por medio de la saliva, como le sucede a Dama Sangre en el Popol Vuh, donde se hace alusión a la saliva que engendra.

Hijos saliva

La doncella Dama Sangre y el árbol de Uno Hunahpú

Ésta, por lo tanto, es la historia de una doncella, hija del señor llamado Reúne Sangre.

Una doncella, hija de un señor, había escuchado el relato sobre los frutos del árbol. Reúne Sangre era el nombre de su padre, mientras que el nombre de la doncella era la Dama Sangre.

Cuando escuchó la historia de la fruta del árbol, contada por su padre, quedó sorprendida con el cuento:

-¿No puedo llegar a conocerlo, viendo el árbol de que se habla? He sabido que la fruta es realmente deliciosa -dijo ella.

Entró entonces sola bajo el árbol que se había plantado en la Cancha de Pelota Aplastadora:

-¡Ah! ¿Qué es la fruta de este árbol? ¿No es deliciosa la fruta que ofrece este árbol? No moriría. No me perdería. ¿Se sabría si tomara una fruta? -preguntó la doncella.

Entonces habló el cráneo allí en medio del árbol.

-¿Qué es lo que deseas de esto? Es sólo una calavera, algo redondo colocado entre las ramas de los árboles -dijo la cabeza de Hunahpú cuando le habló a la doncella-. No lo deseas -le dijo.

-En verdad, sí, lo deseo -dijo la doncella.

-Muy bien, entonces extiende la mano derecha hacia acá, para que la pueda ver yo -dijo la calavera.

-Muy bien -dijo la doncella.

Extendió la mano derecha hacia arriba, en dirección al rostro de la calavera. Entonces la calavera lanzó un poco de su saliva, dirigida hacia la mano de la doncella. Al ver esto, la doncella examinó su mano de inmediato, pero la saliva de la calavera no estaba ahí.

-Mi saliva, mi baba, es sólo una señal que te he dado. Esta cabeza mía ya no funciona, porque es sólo una calavera que no sirve. La cabeza de un señor verdaderamente grande tiene carne buena sobre la cara. Pero cuando muere, la gente se asusta con sus huesos. De la misma manera, su hijo es como su saliva, su baba. Es su esencia. Si el hijo llega a ser señor, o sabio, o maestro del discurso, entonces no se ha...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR