La malinche. La plaga como negocio

AutorGabriela Hernández

SANTA ANA CHIAUTEMPAN, TLAX.- A La Malinche las comunidades indígenas prefieren llamarla Matlalcuéyetl, que en náhuatl significa "la de faldas azules". Es un volcán extinto que ahora aparece entreverado de rojo y ocre.

Parece un paisaje otoñal, pero los matices evidencian la creciente muerte de pinos generada por la plaga de escarabajo descortezador que desde hace más de dos años devasta el Área Natural Protegida, uno de los principales pulmones del centro de México, ubicado entre los estados de Tlaxcala y Puebla.

En esta zona, camino arriba de la comunidad de San Bartolomé Cuahuixmatlac, los lugareños muestran los grumos de resina que hay en los troncos, señal de la infestación; también indican los extensos claros donde sólo quedan tocones de los pinos que meses antes vestían de verde esos parajes. La plaga ha dañado unas 6 mil hectáreas, que representan más de 25% de la cobertura forestal que subsiste en el Parque Nacional La Malinche (PNM), estima Carlos Pacheco, ingeniero agrónomo del municipio de Coaxomulco.

Eliber Bello, bióloga de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, aclara que en realidad no es el escarabajo -habitante natural que ahora sobrepuebla la montaña- lo que mata los árboles, sino un hongo que porta en sus patas, lo que tapa los conductos de savia y acaba por secarlos en menos de dos meses.

Sobrepoblación de escarabajos

Desde febrero de 2020 los habitantes de la zona le advirtieron a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) que había una sobrepoblación del insecto en unas 300 hectáreas. Sin embargo, señala Carlos Pacheco, la tramitación de permisos para empezar a combatir al descortezador quedó estancada durante meses, porque las autoridades pidieron documentos, como comprobantes de predial y escrituras, que los posesionarios indígenas no tenían.

Las primeras autorizaciones para sanear el lugar se expidieron en julio de 2020, cuando el insecto ya había devorado mil 500 hectáreas. Desde entonces, en conjunto con dependencias federales, la Coordinación Estatal de Ecología (CEE) de Tlaxcala puso en marcha una estrategia que consiste en el derribo, troceo, descortezado y fumigación de los árboles infestados. Para esas labores, las comunidades contratan empresas aserradoras que costean el saneamiento a cambio del derecho a comprar la madera fumigada y pagar por ese material sólo una diferencia, pues descuentan el costo de los trabajos.

Desde los primeros meses, los pobladores se dieron cuenta de que funcionarios y empresarios...

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