En el Estado de México, quiebra moral y económica del PAN

AutorÁlvaro Delgado

Oscar Sánchez Juárez, reinstalado el miércoles 8 como presidente del Partido Acción Nacional (PAN) en el Estado de México, es sinónimo de escándalo: No sólo por ser un declarado admirador de Adolfo Hitler, sino por acusaciones de malversar millonarios recursos públicos como diputado y dirigente, así como por ser parte de la red de complicidades de su partido con el gobierno priista de esa entidad desde que lo encabezaba Enrique Peña Nieto.

Lo primero que deberá aclarar Sánchez Juárez es el destino de casi 5 millones de pesos de prerrogativas "extraviados" y una cantidad igual que ejerció durante los 35 días que encabezó el PAN estatal por decisión del presidente nacional, Gustavo Madero, cargo del que luego fue destituido por el CEN y en el que lo reinstaló el Tribunal Electoral local, el miércoles 8.

El presidente estatal saliente, Octavio Germán Olivares, informó al CEN que Sánchez Juárez cometió "una serie de irregularidades" en el manejo de los casi 5 millones de pesos que recibió, en un "acto indebido", del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).

En un oficio enviado a la secretaria general del CEN, Cecilia Romero, el 15 de abril, Olivares asegura que, además de violar leyes y reglamentos de fiscalización, Sánchez Juárez no entregó comprobantes de gastos, hizo contrataciones anómalas, desapareció vehículos y equipos de radiocomunicación, aumentó sueldos a personal afín a él y se dejó de pagar a los adversarios internos...

Por ello pide al CEN que se tomen medidas por el manejo de las cuentas de Sánchez Juárez, "ya que los movimientos realizados en la contabilidad, además de no estar apegados a la legalidad y la transparencia, nos pueden crear problemas con las autoridades electorales".

Sin embargo, Olivares tampoco entrega buenas cuentas y de hecho hereda un PAN en quiebra, según las conclusiones de una auditoría a su trienio: Estados financieros "maquillados" que ocultan deudas diversas, como la multimillona-ria evasión de cuotas al IMSS e Infonavit; asedio de acreedores y embargos en puerta, y hasta la venta bajo sospecha del edificio sede...

De tal magnitud es el caos financiero en el PAN estatal que el CEN ya destituyó al tesorero de la administración saliente, José Fernández Caballero, y designó a Eli-zabeth Molina para tratar de poner orden en lo que parece un torneo de turbiedades entre las dos facciones que se disputan el poder en la entidad.

Lo paradójico es que también el IEEM está involucrado en este desorden: Pese a que Sánchez Juárez y su tesorero, Óscar García Martínez, no tenían poderes para recibir las prerrogativas, como lo reconoció el propio órgano electoral, les entregó dos cheques por 4 millones 941 mil pesos.

El mismo día, 15 de marzo, y casi de manera simultánea, el IEEM hizo dos transferencias electrónicas a la cuenta del PAN estatal por otros 4 millones 941 mil pesos y ahora nadie sabe dónde quedó ese dinero.

Miembro del Grupo Tlalnepantla, que encabeza el diputado local Ulises Ramírez Núñez, Sánchez Juárez asegura que él jamás utilizó los recursos de esa transferencia electrónica, porque los únicos que tenían acceso a ellos eran Octavio Germán Olivares y Fernández Caballero; añade que, una vez reinstalado como presidente, concluirá una investigación al respecto.

"Supe que hubo disposición de cantidades importantes. Se habla de un cheque de 600 mil y otros de 300 mil. La pregunta es: ¿Quién dispuso de ese dinero?", expone Sánchez.

-¿Ellos son los responsables?

-¡Claro, nosotros...

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