Luna: México podría realizar un boicot como el de Chávez

AutorYetlaneci Alcaraz

BERLÍN.- El "¡Sí se puede!", así, en español, retumbó por lasaladel Friedrichstadt Palast de la Berlinale, el festival internacional de cine de esta ciudad.

Al fin había llegado el tan anunciado estreno mundial de César Chávez, la tercera producción de Diego Luna, y la euforia colectiva se contagió ante la presencia de Dolores Huerta, compañera de lucha del líder del primer sindicato de campesinos en Estados Unidos que luchó por el reconocimiento de sus derechos civiles, del cual poco o nada se sabía de este lado del mundo.

Para muchos, incluso, resultó una sorpresa enterarse a través de la cinta que la famosa frase "¡Sí se puede!", utilizada como eslogan de campaña de Barack Obama, tuvo su origen precisamente en ese movimiento.

La cinta se centra sólo en 10 años de la vida de César Chávez, cuando a mediados de los 60 comenzó la lucha en una estrategia pa-cífica que utilizó las figuras de la huelga y el boicot como armas principales.

Se trata, sin duda, de la historia de un personaje complejo y alejado de los estereotipos: hijo de padres mexicanos pero estadunidense de nacimiento; campesino, amante del jazz,del yoga, vegetariano y creyente convencido del pacifismo.

Desde un día antes del estreno mundial, el pasado 12 de febrero, y a lo largo de dos días, un eufórico y entusiasmado Diego Luna recibió en esta capital a más de una veintena de medios de comunicación, especialmente de América Latina y España, que buscaban saberlo todo sobre Chávez.

-¿Por qué elige al personaje de César Chávez como el eje de su tercera película?

-Desde hace tiempo tengo una relación muy estrecha con California, pues mi hijo nació ahí. Un día me di cuenta que sabía muy poco o casi nada de ese personaje cuyo nombre aparecía en calles y avenidas. Después de infor-marme me pareció una historia relevante y que puede motivar a muchos, aunque no se tenga una conexión con esta realidad y con el contexto, porque es la historia de una comunidad que generó un cambio que parecía imposible, pero que se dio porque unieron sus voces.

Los campesinos estadunidenses tenían un monstruo enfrente que era esta industria que los tenía fracturados, golpeados y llenos de miedo. Y de repente lo que hicieron, en lugar de atacar frontalmente a quien los oprimía, fue ir a hablar con el consumidor y decirle: 'Sólo queremos que sepas que cuando compras una uva eres parte de todo esto. Para que tu hijo se lleve esa uva al lunch en la escuela, hay un niño que hoy no sólo no pudo ir a la...

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