El lodo

AutorJavier Sicilia

Una posible interpretación de este horror podríamos encontrarla en lo que Jean Robert llama la rivalidad que perdió su objeto. "Dos hermanos -ejemplifica Jean Robert- se pelean por una manzana. (Alguien) pasa y se lleva la manzana, pero los hermanos continúan peleando". A partir de ese momento, la violencia adquiere una espiral desenfrenada. "Cada adversario estará tan fascinado por el otro que olvidará su propio interés. Observará sus gestos y sus movimientos, tratará de adivinar sus intenciones, se adelantará a sus subterfugios, en síntesis, lo imitará hasta que cada uno se vuelve el espejo del otro".

Aunque los motivos de la disputa siguen siendo -para trasladar la manzana a la violencia que nos rodea- los objetos que tenemos en común, lo único que en realidad queda, al comenzar a luchar por su posesión, es la violencia sin fin, la lucha desesperada y sin cuartel para evitar que el otro obtenga lo que en medio de la violencia ha dejado de estar.

Esa lógica de agresión y represalia que se ha ido adueñando de México es una forma del mal, tan perversa e insidiosa que los rivales se vuelvan dobles miméti-cos, es decir, se confunden en el lodo de la violencia y ya no se sabe dónde cada uno de los contendientes empieza y dónde termina. Desaparecido el objeto de la contienda -porque en medio de la violencia los objetos del común se precarizan y sólo queda una lucha por el poder-, la finalidad se vuelve destruir al otro y continuar una violencia sin fin. Si el objeto, el interés o los intereses que desataron la guerra aún estuvieran allí, la guerra habría acabado ya hace mucho tiempo, porque los contendientes "se (habrían dado) cuenta de que continuar peleando causaría a ambos daños mayores que abandonar la pelea".

La lógica del interés -cuyo sentido original no es el egoísmo que lleva a la disputa, sino el del latín inter-est (estar entre)- implica conciliar, encontrar la paz, aquello que interponiéndose entre los hombres impide que se destruyan entre sí. "Vivir juntos en el mundo -escribe Hannah Arendt al hablar del interés- implica esencialmente que un mundo de objetos se encuentra entre los que tienen ese mundo en común, como una mesa se encuentra entre todos los que se sientan alrededor de ella; el mundo, como todo 'entre-dos', relaciona y separa al mismo tiempo a los hombres".

"El sujeto del verbo interest -continúa Jean Robert- es el mundo común de sus objetos", el mundo en el que todos participamos. Pelear para poseer y controlar por...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR