Cuando un lobo solitario sale a matar

AutorMathieu Tourliere

Al revisar las memorias de los dispositivos electrónicos y rastrear los antecedentes de Omar Mateen, el autor del tiroteo del bar Pulse en Orlando, el Buró Federal de Investigación (FBI) descartó que el hombre perteneciera a una red terrorista, aunque descubrió que navegó en páginas de propaganda del Estado Islámico.

El pasado martes 14, James Comey, director del FBI, indicó que el hombre de 29 años, divorciado y empleado en una empresa de seguridad, probablemente se radicalizó vía internet y planeó él solo la masacre a sangre fría en el club gay, donde 49 personas murieron y 50 más resultaron heridas.

Mateen actuó como "lobo solitario", es decir, un individuo que perpetra un atentado sin recibir una orden ni el soporte lo-gístico de ninguna organización. Esto hace particularmente difícil su identificación, ya que, a diferencia de integrantes de grupos terroristas -quienes se comunican entre sí-, el lobo solitario permanece invisible hasta que actúa.

El propio FBI investigó en dos ocasiones a Mateen -en 2013 y 2014-, pero le resultó imposible adivinar que el hombre perpetraría la masacre más letal de los últimos 15 años en territorio estadunidense.

Las autoridades tampoco detectaron a tiempo las intenciones destructoras de los demás lobos solitarios, inspirados por la propaganda extremista -que pulula en internet y en ciertos círculos de extremistas estadunidenses-, ya sea yihadista, supre-macista o neonazi.

En su boletín más reciente, del 16 de diciembre de 2015 y vigente hasta el jueves pasado, el Sistema de Advertencia sobre Terrorismo del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) subrayó su preocupación ante "los actores autorradicalizados, quienes podrían atacar sin o con escaso aviso".

Carol Flynn, profesora en la Universidad de Georgetown y directora de gestión del despacho Singa Consulting, coordinó un estudio sobre los lobos solitarios terroristas, publicado el 27 de junio de 2015 por el Grupo Especial sobre Temas Críticos de Seguridad, de esa universidad.

En entrevista telefónica, la investigadora -quien trabajó tres décadas en la CIA- asevera que "la cosa más importante de entender con los lobos solitarios es que cada uno es muy diferente de los demás".

Precisa: "La mayoría de los lobos solitarios son hombres blancos, solteros, con antecedentes penales y con cierto rango de aislamiento social", y añade: "Gran parte de la población en Estados Unidos cumple con estos criterios".

De acuerdo con el estudio mencionado, la cuarta parte...

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