Línea 10

AMPULA en el sector político levantó la agresión y amenazas a dos legisladores perredistas la noche del miércoles.

A bordo de un taxi, los diputados Francisco Ortiz y Verónica Moreno fueron golpeados y robados.

La cosa, diría el respetable, no tendría nada de extraordinario, pues desgraciadamente ese tipo de ilícitos es común.

El asunto es que la agresión dejó en claro un mensaje de advertencia.

A los dos legisladores los golpearon, cierto.

Sólo que con Verónica se ensañaron.

Le desfiguraron prácticamente la cara a golpes y le picaron las piernas con una navaja.

¿Por qué tan feroces con ella?

Dice su compañero que los maleantes les gritaron: 'somos del PRI'.

Eso podría o no significar algo. Es muy relativo, porque cualquiera puede decir que es de tal grupo.

Casualmente la diputada Moreno es presidenta de la Comisión de Abasto de la Asamblea Legislativa.

En el reciente problema de abasto de pollo fungió como intermediaria en las negociaciones, pero ahí hizo importantes pronunciamientos.

Pidió regular las cuestiones de sanidad y el precio de las aves, lo que a muchos no agradó.

También por el lado de los ambulantes ha causado serios disgustos, pues está empujando fuerte una regulación del comercio callejero.

Dicen los enterados que en toda la rama del abasto existen grandes mafias, y que cualquier cambio afectaría importantes intereses.

Ahí está un caso para la araña.

LO CIERTO es que la agresión ya revivió la guerra entre los partidos.

Algo acelerado, el dirigente del PRD local pidió de inmediato a Manuel Aguilera, líder del PRI, deslindarse...

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