Limpieza social

AutorLeonardo Boix

LONDRES.- El empobrecido complejo de edificios Carpenters Estate, en el barrio de Stratford, quedó perdido en los márgenes de la Villa Olímpica, frente a la moderna espiral de la Torre Orbit y el estadio que albergará los Juegos.

La edificación de tres plantas en la calle Gib-bins, con paredes descuidadas y ventanas rotas tapadas con plásticos es uno de varios estates (viviendas sociales) construidos en el este de la capital británica en los sesenta y setenta y que quedaron ahora como islas desamparadas rodeando las construcciones futuristas que albergarán los Juegos Olímpicos a partir del viernes 27.

Hoy el Carpenters Estate es escenario de una batalla entre vecinos que viven allí desde hace más de 40 años y una alcaldía que quiere aprovechar los beneficios de la lucrativa urbanización en torno a los Juegos Olímpicos y desalojarlos.

"Las Olimpiadas me van a dejar sin hogar", dice a Proceso Mary Finch, de 65 años, que vive en este vecindario con su esposo Brian, de 67, desde hace cuatro décadas. "Van a tener que venir a la fuerza y arrastrarme por la puerta. Me van a sacar muerta de aquí. ¿Por qué uno tendría que ser forzado a salir del lugar donde ha pasado toda una vida? Una vivienda que no tiene nada de malo, que sigue sólida durante los años. No quiero irme y no me iré", afirma.

Varias familias que viven desde hace años en el Carpenters Estate buscan evitar que el complejo de edificios sea vendido al University College London (UCL), una universidad londinense que quiere aprovechar la bonanza inmobiliaria de los Juegos Olímpicos para construir allí su campo deportivo y un centro de investigación.

Ese proyecto ya recibió la aprobación del nuevo jefe del municipio de Newham -que incluye al barrio de Stratford-, Robin Wales, quien considera que el UCL mejorará el aspecto de esa empobrecida parte de Londres.

El municipio ya desalojó a algunos de los vecinos, muchos de los cuales han sido trasladados a viviendas sociales cercanas al lugar, entre la High Street, una avenida pobre de comercios de inmigrantes, pizzerías destartaladas y casas de apuestas, y la West Ham Lane, con edificios de ladrillo amarillo y ventanas minúsculas que parecen más prisiones que casas.

En una entrevista con el periódico The Guardian, publicada el pasado 13 de junio, Wales subrayó que la decisión de desalojar a los vecinos de Carpenters Estate "se tomó porque hay que balancear la situación".

"Para nosotros es más importante lo que gana la comunidad que lo que pierde un grupo de vecinos en particular", sostuvo.

Pero Finch y los demás residentes del vecindario que se pretende demoler consideran que hay ejemplos que demuestran que construir edificios más...

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