Libros

Ulises Schmill Ordóñez

Las implicaturas del resentimiento. La tragedia de Otelo

Themis, México, 2010

Siempre he creído que los textos más lúcidos tratan de muchas cosas. Tantas, en ocasiones, que el discurso se atropella en su propia asertividad. Así veo Las implicaturas del resentimiento que, para acabar pronto, no sabría en qué estante colocar en una librería.

Ulises Schmill realiza en esta obra un asombroso trabajo de fuentes. Retazo tras retazo, construye un espacio multidisciplinario en el que las juntas se desdibujan. Psicología, epistemología, lingüística y literatura —sólo por mencionar algunas— forman un solo cuadro, un solo bloque, un solo trazo.

La tragedia de Otelo es leída desde la perspectiva de la comunicación y sus procesos, siempre intencionales, emotivos, personales. De esta manera, emisión y recepción están igualmente comprometidos por nuestra subjetividad. Los enemigos se mentirán, los amigos cooperarán y, mientras eso suceda, los juegos serán predecibles. Cuando esto no sucede —es decir, cuando el enemigo es veraz o el amigo miente— estarán dadas las condiciones para el drama.

La obra del gran dramaturgo inglés sirve como una calca analítica que puede llevarse los terrenos del diálogo, el análisis literario o la interpretación jurídica. Las implicaturas aparecen en cualquier intercambio de información, y el método que propone el autor ayuda a develar las intenciones y a escudriñar los enigmas del lenguaje y de sus creadores.

Alberto Lujambio Llamas

David Garland

La cultura del control

Gedisa, Barcelona, 2005

Este libro busca dar una explicación de las transformaciones en el pensamiento criminológico y la justicia penal de Gran Bretaña y Estados Unidos, a partir de los cambios sociales, económicos y culturales que se han dado en los últimos 30 años.

Mediante la realización de una investigación histórica, Garland determina que a finales del siglo XX tiene lugar una crisis en el modelo criminológico actual, ante la sensación de que la teoría es contraproducente y equivocada en sus premisas. La reestructuración familiar, los cambios en la ecología y en la demografía social y una cultura del consumo ampliamente individualista, entre otros factores, impactan en dos aspectos fundamentales: 1) el delito pasa a ser considerado algo normal y 2) se rompe con el mito de que el Estado tiene la capacidad absoluta de controlar el problema del delito.

Garland establece la ruptura de la noción del delito como determinaba el anterior modelo correccionalista, por lo que ahora se vuelve una característica de la cultura contemporánea, de las rutinas de individuos egoístas que requieren controles efectivos que impongan restricciones e inculquen el autocontrol.

Así, surgen dos criminologías del control: “Existe una criminología del sí mismo [de la vida cotidiana] que caracteriza a los delincuentes como consumidores racionales y normales, tal como nosotros; y existe una criminología del otro, del desafiado atemorizante, el extraño amenazante, el resentido y excluido”. Mientras la primera busca controles no intrusivos y la identificación con el delincuente, la segunda implementa controles sin importar los costos sociales.

En este contexto, las...

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