Una ley de salud que enferma a la medicina tradicional

AutorJudith Amador Tello

Hay un total rechazo al Proyecto de Decreto que busca reformar la Ley General de Salud en materia de Medicina Tradicional y Complementaria.

Es la postura sostenida por agrupaciones de médicos tradicionales y parteras, investigadores, especialistas y miles de ciudadanos, pues se violan las disposiciones nacionales y convenios internacionales que protegen las culturas, los saberes ancestrales y el patrimonio biocultural de las comunidades del país.

El pasado 21 de abril la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de reforma y lo turnó al Senado de la República para su evaluación. Ante ello, profesores de investigación científica y docencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su representación sindical, han solicitado una reunión a la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara alta, Olga Sánchez Cordero.

Escogieron el próximo 22 de octubre, "Día Internacional de la Medicina Tradicional", para exponerle las afectaciones que acarrearán las nuevas disposiciones "a las prácticas medicinales tradicionales, a los modos de vida, derechos culturales y humanos, entre otras múltiples circunstancias".

En entrevista con Proceso, los antropólogos sociales Amparo Sevilla, Fanny Escobar y Jesús Armando Haro coinciden: el dictamen omitió la consulta previa, libre e informada que, por ley, debe hacerse a los pueblos y comunidades indígenas, cuyos derechos serán violentados.

Y es que la iniciativa parece destinada a permitir el usufructo privado y la apropiación de sus bienes culturales.

Derechos culturales

Especialista en culturas populares, Amparo Sevilla, investigadora de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH, explica en dos documentos enviados a este semanario que el Proyecto de Decreto retoma tres iniciativas presentadas el año pasado: la primera por el partido Morena el 25 de febrero, otra del Partido Encuentro Social del 20 de mayo, y la tercera de la exdiputada Maiella Martha Gabriela Gómez Maldonado, de Movimiento Ciudadano, del 29 de octubre.

Advierte que se mezclan en el documento de la iniciativa conceptos contrapuestos, como reconocer, conservar, proteger y desarrollar, y al mismo tiempo regular, orientar, usar, utilizar y aprovechar,

En entrevista, argumenta que el verdadero reconocimiento de la medicina tradicional indígena (MTI) se opone a la pretensión de regularla con los criterios de la medicina oficial:

"El reconocimiento implica respetarla a partir de lo que indica el artículo Segundo de la Constitución mexicana, es decir, del reconocimiento de la libre determinación y la autonomía de los pueblos y comunidades indígenas... Entonces, en realidad, se trata de un propósito inconstitucional porque le otorgaría al Estado la facultad de dictar desde la medicina hegemónica qué pueden o no hacer los médicos tradicionales pertenecientes a las comunidades indígenas y cómo pueden usar o no qué tipo de plantas. Es una regulación con criterios que no corresponden a la lógica, a la concepción y a la forma de funcionar de las medicinas tradicionales."

Sin contar que éstas conforman una enorme diversidad de culturas terapéuticas en los pueblos indígenas, por lo cual la medida que ya está en manos de los senadores dejaría a todas estandarizadas.

En su documento, la antropóloga recuerda que ya desde 2013, al Artículo 6 de la Ley General de Salud se adicionó la fracción VII, estableciendo que el Sistema Nacional de Salud tiene facultad de "coadyuvar a la modificación de los patrones culturales que determinen...

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