Ley de Participación Ciudadana del Estado de Querétaro.

Pág. 10364 PERIÓDICO OFICIAL 17 de agosto de 2012
LIC. JOSÉ EDUARDO CALZADA ROVIROSA,
Gobernador Constitucional del Estado de Querétaro, a los habitantes
del mismo, sabed que:
LA LEGISLATURA DEL ESTADO DE QUERÉTARO, EN EJERCICIO DE LAS FACULTADES QUE LE
CONFIEREN LOS ARTÍCULOS 17 FRACCIÓN II DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO DE
QUERÉTARO Y 81 DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER LEGISLATIVO DEL ESTADO DE QUERÉTARO,
Y
CONSIDERANDO
1. Que la elaboración de normas jurídicas es un ejercicio que debe asumirse con gran sentido de
responsabilidad social, por las implicaciones que tiene en los distintos órdenes de la convivencia
cotidiana, dentro de una determinada organización humana.
2. Que en la creación y adecuación de leyes intervienen factores de diversa índole, siempre bajo una
evolución y dinámica constante, que debe atender a las condiciones sociales, culturales y políticas del
momento, entre otras.
3. Que la Legislatura del Estado, como parte integrante del Constituyente Permanente Local, dentro de ese
dinamismo y actualización de la norma jurídica, con fecha treinta y uno de marzo de dos mil ocho aprobó
replantear el contenido de la Constitución Política del Estado de Querétaro y, en un ejercicio de
responsabilidad y análisis legislativo, se da a la tarea de generar un nuevo marco legal secundario que
resulte adecuado y aplicable a las condiciones que la sociedad reclama.
4. Que en atención al trabajo especializado que implica generar el marco legal secundario, los Diputados
integrantes de esta Legislatura asumimos el reto de favorecer el fortalecimiento del marco legal
reglamentario, circunscribiéndonos en un ejercicio de pluralidad y construcción de acuerdos, toda vez que
es necesario impulsar las políticas públicas en materia de participación ciudadana que contribuyan a la
estabilidad en las decisiones políticas, lo que nos conduce a un mayor equilibrio entre la participación y
gobernabilidad.
5. Que la democracia como forma de gobierno y estilo de vida, representa un reto constante de
transformación en los procesos de legitimación de las decisiones políticas. Hoy, en las sociedades
contemporáneas, la sociedad civil exige que se le involucre en la toma de decisiones, en las políticas
públicas y en todo aquello que signifique una posible afectación en la esfera tanto pública como privada.
6. Que la democracia encuentra sustento y promoción sobre la base de una cultura política que sus pilares
son la supremacía de la ley, la vigencia plena del estado de derecho, la tolerancia, la corresponsabilidad,
la paz social, el consenso, entre otros, que son los valores compartidos por una mayoría ciudadana. La
tarea de construcción de una nueva cultura política no puede darse sobre la base exclusiva del discurso.
Es sólo con el ejercicio práctico de decisión, por parte de los ciudadanos, con respecto a los asuntos que
le competen, como sujetos de una colectividad, que pueden desarrollarse estos valores. La participación
ciudadana, sólo se logra depositando en el ciudadano, poderes diversos avalados por la ley, que le
permitan ejercer su capacidad de decisión.
7. Que la historia de la democracia ha estado impregnada por una evolución entre la manifestación de un
ideal común y su contraste con la realidad cotidiana. Desde sus orígenes, en las ciudades-estado de la
Grecia clásica, se ha venido planteando el problema de la conciliación entre la participación de sus
ciudadanos y la legitimación del gobierno.
8. Que la democracia directa en su forma más pura, a la que se ha denominado “democracia
autogobernable y sin representantes”, parece ciertamente utópica y sólo concebible en pequeños grupos
o asambleas; de ahí que las sociedades y constituciones modernas hayan optado por el modelo de la
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democracia representativa, entendida en términos generales como un esquema de participación política
del pueblo, a través de mandatarios electos por el sufragio directo o indirecto.
9. Que la representación política surge como un mecanismo de expresión de la voluntad popular a partir del
siglo XVI; desde su origen hasta nuestros días no ha estado exenta de críticas, su análisis ha obedecido
al contexto histórico y los momentos políticos en que las diversas sociedades han evolucionado.
10. Que la participación política de los ciudadanos, como un derecho, ha estado sometida a los vaivenes de
la historia de cada país y sus modalidades han evolucionado, siempre, en la búsqueda de integrar
instituciones que permitan legitimar las decisiones gubernamentales.
11. Que a lo largo de la historia y en la búsqueda constante de instituciones representativas, la que
corresponde a la representación política ha sido la institución que por excelencia ha estado en una
constante transformación, tanto en su concepción como en el mecanismo de su ejercicio.
12. Que la participación ciudadana adquiere su sentido como principio de un Estado moderno y de derecho
cuando se descubre la imposibilidad de mantener la sola representación política por la vía electoral como
forma de manifestar la voz y las ideas de los ciudadanos, en nuestra sociedad múltiple, numerosa, plural
e interesada, la ciudadanía busca nuevos canales de acción.
13. Que mucho se debate por politólogos y expertos en el tema sobre si nos encontramos en una transición a
la democracia o si la democracia en nuestro país ya es una realidad. Como quiera que sea, la figura de la
participación ciudadana en la toma de decisiones, es una herramienta que ayudará a consolidarla.
14. Que la participación ciudadana busca ordenar la relación entre autoridades y ciudadanos en ese espacio
público en que ambos interactúan, con un sentido democrático.
15. Que una ley de participación ciudadana que posibilite, organice y garantice la actividad y el co-gobierno
de los ciudadanos con el gobierno, será una herramienta no solamente para que la voluntad ciudadana se
materialice, sino también para que limite los posibles excesos en los que pudieran incurrir los
gobernantes.
16. Que uno de los principios básicos en que se finca toda democracia, es la participación de la sociedad en
los asuntos de interés colectivo. Entre los teóricos, clásicos y contemporáneos de la democracia, existe
un acuerdo generalizado en señalar que la participación ciudadana es esencial para mantener esta forma
de gobierno. Para decirlo breve y categóricamente, sin participación ciudadana, simple y sencillamente no
hay democracia.
17. Que la participación ciudadana, tiene diversos cauces y momentos. En las democracias modernas, la
forma más regular e importante de participación es el ejercicio del voto, en elecciones libres y equitativas.
No hay que perder de vista que vivimos en sociedades que han incrementado notablemente su dimensión
y complejidad. En estas sociedades la democracia adquiere un carácter eminentemente representativo y
esto de ninguna manera es un defecto, por el contrario, la democracia representativa es una conquista
histórica e irrenunciable.
18. Que la ciudadanía debe ser responsable al actuar en las instancias de participación, ejerciendo sus
derechos y asumiendo sus obligaciones, contribuyendo a crear condiciones para que prevalezcan
relaciones de respeto y cercanía con la autoridad.
19. Que en los regímenes con mayor tradición y estabilidad democrática, se han implementado mecanismos
y procedimientos institucionales que permiten que los ciudadanos opinen sobre las decisiones adoptadas
por el gobierno. Se trata de figuras como el referéndum, el plebiscito, la iniciativa popular, la audiencia
pública, los cabildos abiertos, el derecho de petición y la revocación de mandato. Todas éstas son formas
de democracia semidirecta, que pueden complementar a la democracia representativa, pero no pueden
sustituirla.

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