Otra ley de avanzada, la de Niños, resultó inoperante

AutorArturo Rodríguez García

Las presiones conservadoras fueron a causa de temas históricamente reivindicados por el activismo lésbico, gay, bisexual, travestí, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTTI), o por el feminismo, cuyas posturas son ferozmente combatidas por los defensores de la más rancia tradición judeo-cristiana.

En particular, lo más rechazado por el conservadurismo tenía que ver con el libre desarrollo de la personalidad, así como con los derechos sexuales y reproductivos. Vencidos de antemano esos tópicos en la discusión, el acoso y campañas de odio soterradas marcaron la actuación de los grupos ciudadanos relacionados con las iglesias.

La consecuencia: los diputados eliminaron contenidos y matizaron conceptos.

Todo se inició el 1 de septiembre de 2014, cuando el presidente Enrique Peña Nieto decidió usar la facultad de enviar una iniciativa preferente, consistente en remitir a cualquiera de las cámaras del Congreso, el día de inicio del periodo ordinario de sesiones, una propuesta de ley que el Ejecutivo considere prioritaria y no implique reforma constitucional: debe servotadaen un mes y remitida a la cámara revisora para que la vote el mes siguiente.

Hasta ahora, esa es la única iniciativa preferente que Peña Nieto ha enviado, y su propósito fue que se creara la LGDN. El objetivo era establecer un marco legal para todo el país que garantizara los derechos de la infancia.

En realidad, la iniciativa presidencial no contenía los conceptos precisos de derechos de personalidad, tampoco lo relativo a derechos sexuales y reproductivos. Estaba tan mal elaborada, que durante el mes que se discutió en el Senado se cambió en 80%, según el análisis que hizo la Red por los Derechos de la Infancia (Redim), dirigida por Juan Martín Pérez García.

Organizaciones, la mayoría integrantes de la Redim, habían trabajado durante cinco años en un proyecto de LGDN, y durante las consultas en el Senado se sumó la opinión del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia para resultar en un proyecto garan-tista que iba mucho más allá de la iniciativa presidencial, y que, como corresponde a las preferentes, se remitió en un mes a la Cámara de Diputados.

Las presiones, el acoso

Pronto, durante el mes de discusión en el Senado, la Iglesia católica y las diferentes denominaciones protestantes desplegaron una campaña de cabildeo, descalificación e inclusive hostigamiento y acoso contra las senadoras que impulsaban las propuestas más avanzadas.

El caso más crítico fue el que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR