Leonardo Favio: Desafía al tiempo

AutorCarlos Arias

REFORMA / Especial

BUENOS AIRES.- Tres años le bastaron a Leonardo Favio para convertirse en una de las mayores figuras de la canción en español, y desde entonces nadie lo olvidó. Entre 1969 y 1971 el cantante y compositor conquistó a los públicos de España y Latinoamérica con canciones que ya son clásicos, como "Ella ya me Olvidó", "O Quizás Simplemente le Regale una Rosa", "Ding, Dong, las Cosas del Amor" o "Fuiste mía un Verano".

Hoy Favio tiene 64 años y celebra 33 años de esa aventura con una gira que este 5 de julio tocará suelo mexicano. Es su regreso a los escenarios de México, un país que estuvo ligado a su éxito pero que, paradójicamente, él mismo reconoce que no supo conquistar.

"Estaba en Miami, como parte de la gira de los 33 años, y me convocó un empresario para ir a México", dice Favio como única explicación para su actual presentación. "Para mí es un desafío tal que detuve la gira y me vine a Argentina a reforzar el show y a ensayar en forma obsesiva".

Leonardo Favio no era cantante ni deseaba serlo. Su historia parece un milagro del cual él mismo parece sorprenderse, porque su carrera, antes y después de su paso por los discos y escenarios, es la de actor y director de cine, terreno en el cual es considerado uno de los más importantes cineastas argentinos.

Su filmografía incluye títulos como Gatica, el Mono (1993), ganadora del Goya a mejor cinta extranjera, Juan Moreira (1972) y Nazareno Cruz y el Lobo (1974). Películas de las que los críticos celebran su emotividad directa y su retrato sin artificios de personajes populares. Su cinta más reciente, Perón, Sinfonía de un Sentimiento, es un documental de seis horas que repasa la figura de Juan Domingo Perón.

Cuando en 1969 la falta de fondos lo obligó a interrumpir el rodaje de la que era su tercera película, El Dependiente, Favio aceptó la invitación para cantar con su guitarra en un café llamado La Botica del Angel. En sólo un mes fue contratado por una disquera, y a los tres meses sus canciones, que él define como "simples" y "que no tienen nada que ver con mis películas", se volvieron himnos de una juventud que lo hizo ídolo en todo el continente.

"Cuando empezaron las giras no podía creerlo", relata, "sabía que mis discos se vendían en Argentina, pero no me imaginé que afuera llenaría estadios y auditorios. Primero fue el Festival de Viña del Mar, en Chile, y luego fuimos subiendo por los países hasta llegar a México y luego España".

Era un éxito que no había buscado...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR