Las lecciones de una crisis

AutorOlga Pellicer

Es posible que haya quien se sienta triunfador por haber obligado a la salida del embajador. No comparto esos sentimientos. La crisis diplomática que llevó a su renuncia es signo de la incapacidad mexicana para conducir adecuadamente la relación con el país que mayormente influye en el destino de la vida nacional. Ha sido oportunidad para tomar conciencia de hasta dónde domina la percepción puramente coyuntural, se carece de visión de largo plazo y hay una alarmante confusión sobre lo que se busca en la relación con Estados Unidos.

Esta crisis fue también ocasión para conocer mejor la visión que tienen los actuales dirigentes estadunidenses de la relación con México. La carta de Hillary Clinton aceptando “con pesar” la renuncia del embajador Pascual es un documento interesante que al evaluar su trabajo permite identificar las tareas que se le habían asignado. Eran varias: algunas relativas a la cooperación en materia de energías renovables, otras a los cruces fronterizos, y las más conocidas, las relacionadas con la Iniciativa Mérida y los compromisos consiguientes en materia de derechos humanos y mejoramiento del sistema de justicia en México. Es una lista larga, pero en realidad poco sustantiva. No aparecen allí, puesto que es un documento destinado a ser público, las tareas relativas a cuestiones de inteligencia. Tampoco se encuentra allí la preocupación por el destino del desarrollo económico de México y sus impactos sociales; esto último es, sin embargo, lo que verdaderamente debería interesar a los dirigentes estadunidenses.

Dos países cuyas economías se hallan tan fuertemente vinculadas, con una frontera larga y transitada en la que tiene lugar el mayor número de cruces en el mundo, cuyos lazos en materia de seguridad se han fortalecido tanto en los últimos tiempos, requerirían de programas de cooperación más amplios. Por sólo dar algunos ejemplos: México fue el país que mayormente sufrió los efectos de la crisis económica más seria que se ha vivido desde la época de la Gran Depresión, cuya superación, principalmente en el terreno de la creación de empleo, todavía no está asegurada. ¿No hubiese sido conveniente instalar un grupo binacional de alto nivel, dedicado a proponer acciones conjuntas para recuperar el empleo, aumentar las exportaciones y elevar la competitividad en ambos países?

Por otra parte, se sabe que está disminuyendo el número de estudiantes mexicanos que hacen posgrado en Estados Unidos, situación que contrasta...

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