Una lección de ética política

AutorJavier Sicilia

"Ante estos escenarios [...] he decidido no ser funcional ni a los intereses ni a las estrategias del PRI [que en otros momentos ha llamado con mayor precisión 'una cultura política'] y por eso no seré un candidato independiente más. [...] Hacer política de otra manera supone actuar en congruencia, primero con el país, después con nuestra organización y después, mucho después, con cualquier pretensión personal [...]"

Estas palabras, que adquieren sentido mediante actos -la única forma en que la ética se enseña-, no sólo confirman la ya larga presencia moral de Emilio en la vida política del país; son también un llamado a lo que desde hace tiempo no he dejado de insistir y de insistirle: la unificación de la "reserva moral del país" para refundar la nación, para realizar una revolución no-violenta y necesaria: "Llamo -dijo al final del discurso- a un diálogo nacional a todas las fuerzas políticas y sociales que estén por la transición democrática y contra la regresión, a que generemos una agenda, un programa y un proyecto de país que nos oriente hacia el futuro."

En los siete meses que lleva la vida de Ahora, Emilio ha ido construyendo ese diálogo con mucha de esa reserva moral del país: ONG de defensa de derechos humanos; ciudadanos hartos que carecían de representación y han encontrado una alternativa en esa iniciativa ciudadana; organizaciones políticas como la de Por México Hoy, representada por Cuauhtémoc Cárdenas; hombres y mujeres de partido que, pese a todo, han puesto entre paréntesis sus intereses personales para rescatar el país; estudiantes y pequeños y medianos empresarios.

Ha organizado y fortalecido también candidaturas independientes en las regiones, al grado de que Ahora ha lanzado una posible candidata para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en la persona de Lucía Riojas Martínez, una talentosa muchacha del Yo Soy 132.

Ese trabajo, que se suma a su larga y profunda tradición como defensor de los derechos humanos, y que ha adquirido mayor autoridad con su reciente renuncia a una posible candidatura independiente, ha sentado las bases para que ese llamado a un gran diálogo, que pueda conducir a la unidad de la reserva moral del país, se realice pronto.

Emilio no sólo está obligado a hacerlo -él, después de la lección de ética política que acaba de darle a la nación, es la única figura que puede convocarlo en medio de la emergencia nacional y del oscuro y corrompido panorama político que amenaza con encerrarnos...

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