Lara Zavala: el amigo, el escritor...

AutorRoberto Ponce

¡No me digas, hombre! ¿Cuándo murió Sergio? Lamento muchísimo su muerte, no sabía, me sorprende aunque ya estaba muy mal, en una situación muy delicada, prácticamente no podía escribir ni hablar pero en cierta manera yo creo que de algún modo ha sido un descanso para él.

El autor de Charras (1990) y Península península (2008) rememora:

"Era un hombre muy universal y teníamos afinidad mutua por la literatura inglesa. Y a toda la literatura inglesa, ¿eh? Era un exquisito de la literatura inglesa. Por aquí en casa tengo un libro que tradujo a un escritor inglés poco conocido, pero tú sabes que también los libros tienen patitas y no encuentro... Es de su colección para la Universidad Veracruzana, de hecho creo que ella se llamó Sergio Pitol Traductor, ¡ah, aquí está!: Ronald Firbank.

Pitol tuvo una vida muy azarosa. Pronto dejó México para irse a China, a Checoslovaquia, etcétera; pero hizo una carrera muy sólida un tanto en la lejanía, como cuentista y novelista. Lo que más me gusta de Sergio son sus libros de ensayos y sus libros de viaje. Posee una prosa bastante delicada, elegante, era muy buen escritor. También tiene fama de gran traductor, fue un hombre muy completo de una trayectoria muy discreta, un poco al margen.

Lara Zavala delinea palabra tras palabra su perfil de memoria:

"Él pertenece a la famosa generación que me gusta llamar de la Casa del Lago y de la Revista de la Universidad. O podríamos decirle también el grupo de escritores de la Revis-ta Mexicana de Literatura, porque siento que fue allí donde se unieron Octavio Paz, fundamentalmente, y un poquito a la distancia Alfonso Reyes, quienes congregaron en principio a toda esa generación integrada por los dos primeros directores de la Revista Mexicana de Literatura: Carlos Fuentes y Emmanuel Carba-llo [de 1955 a 1957].

"Allí se constituyó todo ese grupo muy unido y bien aglutinado. Finalmente Fuentes se fue por su lado. Y Carballo. Pero Juan García Ponce, José Emilio Pacheco, Pitol, Juan Vicente Melo, el propio Tomás Segovia, Juan José Gurrola, y... ¡ah!, Carlos Monsiváis también estuvo presente porque era muy amigo de Pitol... Entre las novelas que se publicaron cuando empezaba su carrera, a García Ponce le gustabaEl tañido de una flauta [Era, 1972], una novela bastante compleja y yo diría incluso bastante abstractona que ocurre en algún lugar de Europa Central. Ya después vino su célebre trilogía con El desfile del amor [1984], su parte carnavalesca."

[ver entrevista de...

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