Kony 2012

AutorJohn M. Ackerman

El éxito de este esfuerzo constituye un hito histórico comparable a la difusión masiva de los cables diplomáticos de Estados Unidos por Julián Assange y Wifeileafes, así como a la utilización de las redes sociales en los levantamientos sociales que tuvieron lugar en Egipto, España, Estados Unidos, Chile y numerosos otros sitios a lo largo del año pasado.

Sin embargo, esta nueva etapa en la comunicación a nivel mundial no necesariamente desembocará en un cambio social a favor de la justicia. Todo depende de si la nueva generación de jóvenes será capaz de aprovechar estas nuevas herramientas para difundir mensajes contra-hegemónicos que influyan de manera positiva en la conciencia colectiva.

Lamentablemente, en lugar de revolucionar las conciencias, el contenido de Kony 2012 reafirma el orden mundial imperante con su mensaje asistencialista, amarillista e imperialista.

No hay duda de que Joseph Kony es un cruel criminal de guerra que merece ser castigado. Este líder del Ejército de Resistencia del Señor (Lord's Resistance Army-LRA) ha cometido todo tipo de atrocidades tanto en el Congo como en Ugan-da. El video señala que a lo largo de sus 26 años de existencia el LRA habrá reclu-tado forzosamente a más de 30 mil niños y sería responsable del desplazamiento de más de 2.1 millones de personas. También indica que Kony anima a sus soldados a violar, mutilar y matar brutalmente a civiles inocentes. A raíz de esta situación, hace años la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, giró una orden de aprehensión en su contra que aún no ha sido cumplida.

El problema no es el hecho de que el video denuncie la comisión de terribles actos, sino la forma en que lo hace y las "soluciones" que propone para resolver el problema. Llama la atención, por ejemplo, que la narrativa del video se basa en una yuxtaposición de imágenes del hijo del realizador de la película (un niño anglosajón, jovial y bien alimentado) y de un niño originario de Uganda que ha atestiguado las acciones del LRA.

La cinematografía trae a la memoria la campaña de We are the worid (Somos el mundo), de Michael Jackson y Lio-nel Richie, que en los años 80 presentaba fuertes imágenes de niños africanos en estado de desnutrición. El propósito era apelar al sentido de "culpa" de los "cla-semedieros" del Primer Mundo para convencerlos de donar un par de dólares. En México tenemos nuestra propia versión de la misma estrategia de comunicación con el Teletón que todos los años incita a...

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