Jóvenes sin experiencia política arrinconan a Ortega

AutorRoberto Fonseca L.

MANAGUA.- Ninguno de ellos se conocía, ni siquiera a través de las redes sociales. Hoy, son compañeros de lucha. Ozzie, Francisco, Maynor y Gabriela tienen ahora mucho en común. Son protagonistas del levantamiento cívico en Nicaragua, que ha arrinconado al régimen de Daniel Ortega, obligándolo a convocar un diálogo nacional, para el cual sectores mayoritarios plantean, entre otros puntos, su salida anticipada del poder.

Tienen menos de 27 años, no militan en ningún partido, se autoconvocan a través de las redes sociales para movilizarse y reunirse y, para burlar la censura y el monopolio oficialista de los medios de comunicación tradicionales, suelen publicar y viralizar videos y noticias a través de Facebook,Twitter yWhatsApp.

A estos jóvenes universitarios, monseñor Silvio Báez, arzobispo auxiliar de la Diócesis de Managua, los llamó la "reserva moral" del país; y José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y principal interlocutor del gran capital con el régimen de Ortega, reconoció públicamente que el heroísmo de esos muchachos despertó la conciencia crítica de la sociedad nicaragüense y transformó radicalmente la realidad política en una semana.

Sin experiencia militar, ya que nacieron en los noventa, cuando ya estaba abolido el Servicio Militar Patriótico impuesto durante la Revolución Sandinista, se atrincheraron en varias universidades de Managua armados de coraje, piedras y morteros caseros, y se enfrentaron en desigual combate a los policías antimotines y a los grupos para-militares del gobierno, provistos de gases lacrimógenos, balas de goma, municiones vivas de escopetas y fusiles AK-47.

Resistieron primero en la Universidad de Ingeniería (UNI), en la Universidad Agraria (UNA) y finamente en la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), bastión de la lucha, que aún continúa tomada por los jóvenes, resistiendo los embates de quienes quieren recuperarla a fuego y sangre.

Ellos encendieron la chispa que se extendió por varios departamentos del país y que se transformó en una insurrección cívica, la primera que enfrenta Ortega tras más de una década de gobernar violando la Constitución de la República. A la lucha se unieron pobladores que levantaron barricadas, amas de casa que sonaron cacerolas y jóvenes profesionales que colaboraron de forma voluntaria en la logística del levantamiento, llevando víveres y medicinas.

Las protestas se iniciaron el 18 de abril y aún continúan. Los jóvenes han pagado un precio altísimo por ello: más de 40 muertos, decenas de detenidos y un número indeterminado de desaparecidos.

De esta lucha cívica han surgido oficialmente dos movimientos estudiantiles, que han sido invitados a participar en el diálogo nacional, organizado por una delegación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, en calidad de mediadora y testigo.

Uno de los participantes es el Movimiento Autoconvocados, que representa a grupos estudiantiles de diferentes universidades del país y que busca consolidarse a través de una instancia denominada Coordinadora

Universitaria por la Democracia y la Justicia. Sus voceros provienen de universidades...

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