Nosotros los jotos / Una marcha con corazón

AutorAntonio Bertrán

TOLUCA.- "¡Mira, papá, es una fiesta!", gritó Angie al descubrir que por la avenida José María Morelos avanzaba entre música estruendosa un tráiler engalanado con globos de la gama arcoíris.

"¡Yupy, yupy!", siguió la linda niña de tres años entusiasmada con los pases de balón de las integrantes del equipo de tocho Valkyrias, que frente al carro alegórico cargado de reinas y reyes abrían el contingente de la XII Marcha del Orgullo LGBT del Estado de México. Llevaban más de hora y media luciendo brazo y estilo para lanzar el ovoide por las calles de esta ciudad, seguidas por eufóricos activistas del variopinto gozo amatorio.

"¿Va haber payasos, papá?", insistía Angie, sin que la respuesta negativa opacara la alegría de sus grandes ojos negros.

Pese al patente jolgorio bajo un sol abrasante, una de las consigas que marcaron la concentración el pasado sábado, fue: "Esta marcha no es de fiesta; es de lucha y de protesta". Lucha por el derecho al matrimonio igualitario y la adopción homoparental cuya aprobación siguen postergando estúpidamente los legisladores mexiquenses. Y de protesta debido a los crímenes de odio por homofobia que las organizaciones piden tipificar claramente en la ley.

Como Angie, Yola también estaba feliz. Acudí a las tierras del chorizo verde invitado por mis amados Richo Torres y Neto Montes de Oca, del grupo Fuera del Clóset. A sus veintipocos años, esta pareja y su palomilla son jubilosamente combativos y llevan bien cogido el testigo del relevo generacional. Además tienen el amoroso apoyo de sus mamases, las Betys hermosas.

Me citaron para el arranque en el Hemiciclo a Benito Juárez, que se fue pintando con sonrisas de carmín trans y carteles fluorescentes: "El respeto al Estado laico es la paz", "Entre gays el matrimonio no es cosa del demonio" y "Matrimonio sin adopción también es discriminación".

A los pies del benemérito me abrazaron Daniel Mar Cal, tempranero lector de esta columna, y el entrañable Roco Novelo; luego tuve la dicha de estrechar a mi chulísima Supermana, esta vez...

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