José Vasconcelos: caudillo cultural

AutorTanius Karam Cárdenas
CargoDoctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid
Páginas355-362

Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Maestría en Desarrollo Humano por la Universidad Iberoamericana y Licenciado en Comunicación. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 1. Coordinador del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (2007-2009). Integrante de la Academia de Comunicación y Cultura desde 2002. Es coautor del libro 100 libros hacia una comunicología posible(2005, UACM), compilador del libro Mirada a la ciudad desde la comunicación y la cultura (2006, UACM), Comunicología en construcción(2008, UACM) El campo académico de la comunicación, una mirada reflexiva y práctica(2008, Universidad de Colima).

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Cárdenas Noriega, J., Vasconcelos. Caudillo cultural, México: CONACULTA, 2008, 397 pp.

El estudio del vínculo biógrafos-biografiado es probablemente uno de las más sugerentes para la crítica, ya que se establece una red particular de acercamiento y complicidad. Biografiar es acercar, reconocer, aunque también es paliar, espetar o criticar; es sobre todo establecer un vínculo en el cual el biógrafo se explora también a sí mismo.

La relación entre biografiado y biógrafo tiene un amplio matiz, como el realizado por Monsiváis a propósito de Novo; el singular relato que Arreola le contó a Fernando del Paso y éste publicó (Memoria y olvido. Vida de Juan José Arreola, 1920-1947), la versión novelada que la nuera de Antonieta Rivas Mercado le obsequia a la familia (Kathryn Skidmore Blair, A la sombra del ángel, 1995). Los vínculos pueden reproducir aquella diferencia que Benveniste destacaba entre histoireo historiográfico-documental, como lo realizado por Bradu a propósito también de Rivas Mercado (Antonieta, 1900-1931), y discourse, como versión libre, estudios socio-antropológicos o ejercicios más o menos creativos donde el biógrafo no oculta sus huellas de identidad y se entrevé en el texto, como la que ahora nos ocupa. Existen también el amplio género biográfico, la novela, como la realizada por García Page 356 Márquez (El general en su laberinto, 1989) o la novela alegoría de Reynaldo Arenas sobre Fray Servando (El mundo alucinante, 1978). A esta pasión por la biografía como espacio y género discursivo, dentro de las diversas tipologías hay que añadir los textos, a medio camino entre el relato y el ensayo como el texto que Octavio Paz escribió sobre Cortés o Juan María Alponte sobre Cristóbal Colón.

Cárdenas ha retado en tiempo a sus contemporáneos vasconcelistas. Los compañeros se dieron a la tarea de la escritura hace más de 50 años lo que el autor ha retomado hace 25 años, lo cual supone, en sí mismo, un reto a las nuevas interpretaciones que se van sumando, donde ya no se trata de anatemizarlo o glorificarlo, sino simplemente comprenderlo desde su contexto socio-histórico.

De las poco más de cien obras dedicadas a Vasconcelos, pasan de la docena las que desde la historiografía crítica huyen de la polaridad entre la apología y el ataque, de esa tendencia necesariamente juiciosa a defenderlo o anatemizarlo. En ese sentido son relevantes los trabajos de José Joaquín Blanco (Se llamaba Vasconcelos, una evocación crítica, 1977), Claude Fell (José Vasconcelos, los años del águila, 1920-1925, 1989) o más recientemente, de Javier Garciadiego (Tres asedios a Vasconcelos, 2004), los cuales añaden una visión más socio-histórica, la cual permite la actualización de Vasconcelos en las coordenadas de los debates que le tocó presenciar, dentro de las ideas sobre América Latina, el mestizaje y la...

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