José Luis Luege Tamargo / Desastre natural por sequía

AutorJosé Luis Luege Tamargo

En México somos afortunados porque los desastres naturales han desaparecido por decreto presidencial. Desde el momento que López Obrador eliminó el Fondo Nacional de Desastres (Fonden), ya no tenemos este tipo de calamidades.

Al suprimir este importante fideicomiso, el Ejecutivo federal, además de cometer un error monumental, desarticuló el Sistema Nacional de Protección Civil y dejó en el desamparo a miles de familias afectadas por fenómenos extremos, casi siempre, a los sectores más pobres y vulnerables.

Cuando la Comisión Nacional del Agua declaró el 12 de julio "Emergencia por sequía severa y extrema" en varios Estados del norte del País, la Secretaría de Gobernación debió declarar "Desastre Natural" por la misma causa.

De acuerdo a la Ley General de Protección Civil, la declaratoria procede cuando la magnitud de un "fenómeno natural perturbador" ocasiona daños que superan la capacidad de dependencias y entidades federativas.

Las sequías extremas y excepcionales en varias regiones del País, como consecuencia de la falta de lluvia el año pasado y este año, son un desastre natural, como puede serlo los daños por huracanes o terremotos. No declararlo es una irresponsabilidad.

El Secretario de Gobernación es incapaz de declarar Desastre Natural por la sencilla razón de que ya no hay Fonden, ni reglas de operación, ni mecanismos de atención inmediata frente a las emergencias, pero sobre todo, por no contradecir al Presidente y no hacerle ver el grave error al eliminar este fideicomiso.

La sequía que sufre en estos momentos gran parte del territorio nacional es un reflejo directo de los efectos del cambio climático. Aunque existen algunos gobernantes escépticos (como el nuestro), todos los modelos climáticos elaborados por científicos calificados del Panel Intergubernamental de Cambio Climático demuestran la gravedad del fenómeno.

Uno de los efectos del cambio climático es la alteración en los ciclos hidrológicos que presentan fenómenos extremos, por un lado tormentas y huracanes mucho más intensos y por otro sequías severas y excepcionales, como sucede en hoy en México y otros países.

El mayor reto para la ciencia y los Gobiernos del mundo es el combate al cambio climático, fundamentalmente la innovación tecnológica para la mayor eficiencia energética en la reducción de emisiones y la incorporación de energías renovables.

La crisis de abastecimiento de la zona metropolitana de Monterrey debe tomarse como una llamada de atención...

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