Jorge López Páez: el más eficaz de nuestros narradores

AutorJuan José Reyes

Atinaba Monsiváis al considerar que no había entre los mexicanos un narrador "tan eficaz" como el huatusqueño. "¿No lo crees?", preguntó.

Jorge López Páez dejó su tierra en plena juventud, aunque nunca la olvidó. Aquella tierra, y sus cercanos mares, irá y vendrá en su obra extensa, desde el comienzo, desde la pieza teatral La última visita, publicada en un plaquette por Los Epígrafes, grupo de jóvenes escritores que a comienzos de los cincuenta se publicaron y publicaron lo primero de autores como Tito Monterroso, Rubén Bonifaz Ñuño, Ricardo Garibay. Uno de aquellos editores, junto a Salvador Reyes Nevares y Samuel Gómez Montero, entre otros, fue precisamente López Páez.

En 1958 aparece una novela extraordinaria en nuestras letras: la diestra construcción de la sensibilidad infantil en aquella Ve-racruz natal: El solitario Atlántico (Fondo de Cultura Económica). La obra es recibida con sorpresa y éxito casi unánime por la crítica, en ese momento ocupada sobre todo en tratar de establecer su postura delante de La región más transparente, de Carlos Fuentes, lanzada también entonces y entre una amplia ola de comentarios de todo tipo. López

Páez se establecía con firmeza a la cabeza de la narrativa del país desde una actitud más bien discreta, expectante, y sobre todo desde su insospechada disciplina y una muy notable capacidad de trabajo.

Desde entonces López Páez se dio tiempo para vivir días de más de veinticuatro horas, repartidas entre la práctica del yoga, la práctica del piano, la lectura de revistas extranjeras y siempre de algún libro, la escritura de su obra, una comida o una cena con amigos, el cine, el concierto, la exposición, los bares. A la vez, suena increíble, trabajó primero para el Departamento Agrario, luego para la Secretaría de Educación Pública (dos veces estuvo allí, con dos amigos muy cercanos: Leopoldo Zea y Gonzalo Aguirre Beltrán) y para la Organización de Estados Americanos. De todas aquellas oficinas salía pitando a diario, tras el amigo, la copa, la película.

Se ha dicho que formó parte de la generación de Medio Siglo, lo cual es del todo inexacto. López Páez es de la generación previa, la de los nacidos a comienzos de los veinte, una generación que podría llamarse del Hiperión, por...

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