Jesús Zamora Pierce. ¿De veras es tan importante reparar el daño a las víctimas de un delito?

AutorOlga Noriega Sáenz
Páginas30-33

Page 31

¿Qué entiende por mecanismos alternativos?

Como su nombre lo dice, son medios alternativos, ya que la palabra alter remite a lo otro. En la justicia alternativa se resuelve el conflicto por un camino diferente al del proceso.

Sin embargo, existe una gran confusión en torno al tema de la justicia alternativa...

Desde un punto de vista doctrinario debemos ser muy cuidadosos con los conceptos, aunque la realidad sea otra. Lo importante es incidir en este momento, cuando se están reformando o se van a redactar los nuevos códigos.

¿Qué opinión tiene acerca de la justicia restaurativa?

Durante mucho tiempo el Derecho penal adjetivo y sustantivo se ha preocupado por el acusado y por protegerlo, todo eso quizá como consecuencia de la evolución histórica. Ahora hay que ocuparse de la víctima. Lo que no me gusta es la hipocresía: establecer en la Constitución que el principio supremo es la reparación del daño a la víctima. No es cierto. En realidad, en los códigos podemos ver que se puede suspender el procedimiento sin pedir su opinión al ofendido y sin que se le repare el daño. Los códigos procesales van en contra de la propia reforma constitucional.

En la mediación o en la conciliación estoy de acuerdo, siempre y cuando intervenga en el proceso un representante del Estado. Pero no coincido en que el Estado, deseoso de quitarse de encima la responsabilidad de los procesos, pueda presionar a la víctima, al ofendido, para que acepte no la reparación del daño, sino una promesa de reparación del daño, en seis meses, en un año o en abonos fáciles.

¿De qué manera se podría evitar lo anterior?

Siempre he pensado que el nombre que le damos a las cosas no es tan importante como la esencia de las propias cosas. Si en un recipiente que contiene arroz pongo un letrero que dice frijol, no por eso el contenido de dicho recipiente dejará de ser arroz.

Lo importante es que el funcionario tenga bien claro que la meta es obtener una verdadera y auténtica reparación. El peligro es que se deje en libertad al acusado y lo grave es que desaparezca el proceso penal, sustituido por palabras elocuentes o por promesas que no se van a cumplir.

Las actuales reformas buscan transformar una causa penal en una mera acción civil, con la amenaza, por parte del Estado, de que si el indiciado no paga se reinicia el proceso. Ojalá me equivoque, pero me parece que en la práctica el nuevo sistema va a ser débil y no va a funcionar.

¿Cree usted, entonces, que esta reforma sólo busca maquillar las estadísticas delictivas?

Sí. El próximo año cumplo cincuenta años de litigar en materia penal. Más que un académico, a pesar de que he escrito más de cien estudios jurídicos y nueve libros, soy un práctico del Derecho...

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