Javier Livas / Cambio contra cambio

AutorJavier Livas

Mañana todo cambiará. Las tachas en las boletas podrían borrar 30 años de lucha en favor de la democracia, la transparencia y la justicia. Cambiará tanto, que quizá habrá familias enteras que abandonen México. Otros nos quedaremos para luchar por lo mucho que aún nos falta hacer, pase lo que pase.

Mañana por la noche habrá marchas fúnebres y celebraciones. Ni idea tenemos de qué rumbo tomará el País. Arriba, abajo, adelante, atrás: no sabemos. Hay quienes creen que este cambio es el anunciado por el calendario maya. Otros confían en la acción pendular de la política mexicana. No falta quien piense que nunca debimos sacar al PRI de Los Pinos: así nacemos, corruptos e irresponsables.

Mañana México será una piñata: la gallina de los huevos de oro con 157 mil millones de dólares ahorrados en la panza. Muchos ven una oportunidad única para salir de fregados. No pocos ansían volver a gozar las mieles del poder.

Los socialistas extremos que han sobrevivido durante dos décadas -agachados en la sombra- explotando una ley electoral amamantadora y un IFE generoso con lo ajeno sueñan con un triunfo de López Obrador. Sería una gran reivindicación ideológica y el premio a su perseverancia y a su paciente espera. Invocan a la Virgen morena para que AMLO les haga el milagro. Claro que si gana, primero le sacan los ojos antes que dejarlo que se les voltee. Populismo clásico.

Si los operativos de compra de votos y acarreos masivos documentados en YouTube aparecen decisivos en el triunfo al PRI tendremos otro tipo de cambio. Para empezar, un posible conflicto postelectoral marca chamuco, que ya inició, con toneladas de expedientes pendientes de resolución en el inútil y farragoso Trife.

De allí, pasamos al fallo legaloide de los Magistrados sembrados anticipadamente por el propio PRI. La sentencia y la constancia de mayoría respectiva -no la voluntad libre y soberana del electorado- nos enviarán de regreso 30 años en la historia a los inicios del Gobierno de De la Madrid, con su rectoría económica del Estado y su fraude patriótico. Cambio como borrón o involución.

El escenario del triunfo panista no es menos complicado. Las erupciones en el rostro del PAN son contagio de virus priista. No es un virus tan resistente como el que sufre el PRI desde...

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