Dante y el Islam

AutorCarlos Montemayor

En 1919, Miguel Asín Palacios publicó La escatología musulmana en la Divina Comedia, libro que produjo, en el contexto del sexto centenario del poema de Dante, gran turbación y perplejidad en los críticos de la historia literaria, particularmente entre los círculos italianos. El autor subrayó que las hipótesis de su libro alcanzaron un aplauso incondicional en medios académicos fuera de Italia, aunque reconoció que algunos eruditos italianos supieron poner el culto de la verdad por encima de los prejuicios patrióticos y aceptaron sus planteamientos. Una segunda edición de La Escatología musulmana en la Divina Comedia apareció en el año de 1943.

Sin preocuparse del vicio que él impugnaba, Asín Palacios reclamó para España la gloria de los autores árabes que concretaron la exuberante tradición oral islámica desplegada en su libro; reclamó esa grandeza para la España católica que precisamente expulsó a judíos y a árabes. Asín Palacios se propuso demostrar que la estructuración del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso de la Comedia no provenían de la fértil e impetuosa imaginación de Dante, sino de la fértil e impetuosa tradición oral del Islam.

Todas las religiones poseen una vasta y profunda corriente de tradición oral. Los libros sagrados son una forma de fijar la tradición en ciertos momentos. El cristianismo ha tenido sucesivas épocas de fijación de su propia tradición. El Evangelio según San Lucas se inicia explicando que su propósito es precisamente ordenar las numerosas versiones que sobre los hechos de Jesús recordaban los que fueron testigos. El Evangelio según San Mateo señala, por ejemplo, que "vinieron magos de oriente". Por la época, podríamos pensar en zoroastrianos o en algunos sacerdotes caldeos. La tradición oral enriqueció la escueta narración bíblica y le otorgó número, nombre, monturas, colores de tez y coronas de reyes a esos magos a partir del enriquecimiento fantástico de sus tres obsequios: oro, mirra e incienso. La codificación medieval de la tradición cristiana se debe a Jacobo de Vorágine con su Leyenda áurea. Brotes de una nueva tradición continúan en nuestros días; por ejemplo, la tradición oral de la Virgen de Guadalupe y de Juan Diego. La tradición oral no es un estadio anterior a la fijación escrita; es simultánea y muchas veces complementaria en largas épocas históricas.

Pues bien, la tradición oral del Islam, en el tema del que nos ocuparemos enseguida, intentó glosar también el versículo primero de la XVII sura, que dice lo siguiente: "Alabado aquel que transportó a su siervo de noche desde el templo sacro hasta el último, del cual bendecimos sus moradas por haberle enseñado algunas de nuestras señales". La frase central puede leerse también así: "desde el templo sacro hasta el último templo". También de este modo: "desde el templo sacro hasta el más remoto". Pero el punto central es que Dios transportó de noche a su siervo, esto es, a Mahoma. El Corán no agrega más sobre esta travesía nocturna. Pero el pueblo musulmán necesitaba saber en qué había consistido ese viaje nocturno desde "el templo sacro hasta el más remoto". La tradición oral enriqueció en pocos siglos este pasaje mínimo del Corán y le dio lugares, orientación y geografía. La tradición del viaje nocturno del Profeta recurrió al Hadit, como llaman a los Dichos del profeta.

Asín Palacios comenta seis colecciones iniciales de Hadit sobre el viaje...

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