Irresponsabilidad y crimen

AutorJavier Sicilia

Pese a la finura de su argumento, la irresponsabilidad es lo propio del hombre tecnológico. Lo que lo caracteriza, como lo mostró Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén, es la "banalidad del mal", la ausencia de relación entre el acto -transportar judíos a los Lager- y su exterminio. Pese a las evidencias, aquel hombre nunca logró reconocerse como un asesino, mucho menos como un genocida. Semejante a un obrero en la cadena productiva de una fábrica, Eichmann nunca se identificó con el producto de su trabajo. Lo expresa con un sobrecogedor cinismo Maximiliano que, el exoficial de las SS de Las benévolas, de Jonathan Littell, al referirse al programa T-4: el exterminio de inválidos y enfermos mentales, creado dos años antes de la Solución Final: "De la misma forma que, según Marx, el obrero está alienado en lo referente al producto de su trabajo, en el genocidio o la guerra en su forma moderna el ejecutante está alienado respecto al producto de su acción (en el programa T-4), a los enfermos, seleccionados mediante disposiciones legales los recibían unas enfermeras que los registraban y desnudaban, unos médicos los examinaban y los llevaban a un cuarto cerrado, un operario abría el gas, otros limpiaban, un policía extendía el certificado de defunción. Cuando después de la guerra los interrogaron" ninguno reconoció su culpabilidad: siguieron procedimientos establecidos y supervisados.

Este argumento de Aue, el mismo que, de alguna forma, esgrimió Eichmann durante su juicio, el mismo que bajo el alegato de "la obediencia debida" estuvo en los militares argentinos, es equiparable al de López Obrador, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard ante la espantosa muerte de los 40 migrantes en una cárcel de Ciudad Juárez. En la cadena burocrática que conforma la política migratoria, ellos, desde la cima jerárquica, reaccionaron como Eichmann, como los encargados del programa T-4, como los procesados en los juicios de Núremberg y los militares argentinos: "¿Culpable yo?". Lo que debió haber terminado con la renuncia de López Obrador, del secretario de Gobernación, del canciller y la investigación de todos los implicados en este crimen atroz, se diluyó en la ausencia de responsabilidad que implica una cadena de producción con respecto a su objeto último. Se trate de un Tesla o de un crimen masivo -como éste en el que intervinieron redes ilegales de tráfico humano, burócratas, policías, cárceles, carceleros, secretarios y presidente- la responsabilidad no sólo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR