Inutilizan a su hijo por gasa en el cerebro; no le hacen justicia

Señor director:

A la edad de un año ocho meses, mi hijo Akin Jautzi Rodríguez Salgado fue diagnosticado con un tumor cerebral e hidrocefalia secundaria, y entre julio y septiembre de 2007 fue atendido por los médicos Juan Carlos Chalita Williams, Jaime Torres Corzo y Roberto Rodríguez della Vecchia en el Hospital Central "Ignacio Morones Prieto", de San Luis Potosí.

Sólo tuvo algunos días de "mejoría", que resultó ser transitoria, pues luego empeoró y, con mentiras y omisiones por parte de los galenos, fue dado de alta. Como pasado un tiempo no mejoraba, viajé a la Ciudad de México y conseguí que se le tratara en la Unidad Médica de Alta Especialidad Centro Médico Nacional Siglo XXI, Hospital de Pediatría.

El 4 de octubre del mismo año, se ordenó su hospitalización en el servicio de Oncología Pediátrica. El día 8 se le realizó un estudio de resonancia magnética, se le diagnosticó un aparente residual tumoral cerebral y se le programó para que el día 11 tuviera una resección del mismo.

Al término de la operación, el neurocirujano me preguntó si hubo incidentes de importancia e inesperados de los cuales me hayan informado en San Luis Potosí. Le respondí que quienes lo atendieron me aseguraron que había sido una cirugía exitosa y sin complicación alguna.

El neurocirujano repuso que en el cerebro de mi hijo había encontrado algo que se deshila-chaba como algodón y que era ajeno al cerebro. Ya visto en el servicio de Anatomopatología, el aparente residual tumoral resultó ser un "cuerpo extraño, textiloma, fragmento de gasa (gasas)".

Tales gasas dejadas en el cerebro de Akin causaron múltiples cirugías cerebrales posteriores, tratamientos completamente invasivos e infinidad de complicaciones que hasta el día de hoy le han ocasionado catastróficas secuelas irreversibles, como son: atrofia severa auditiva, atrofia visual, trastorno psicomotriz, inmenso daño neurológico, atrofia de lenguaje, enormes males musculoesqueléticos, así como dependencia total y absoluta para realizar todas sus actividades diarias. Inclusive no puede comer por sí mismo.

Todo esto me motivó a buscar la procuración de justicia y el deslinde de responsabilidades de quienes cometieron esta aberrante y mala praxis. Así, en agosto de 2008 presenté una denuncia ante la PG JESLP, de la cual se desprende la AP/ PGJE/SLP/I/526/VIII/2008, al igual que una...

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