La Intifada: solidaridad política y social en la lucha nacional palestina

AutorDoris Musalem Rahal
CargoProfesora-investigadora del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco
Páginas283-300

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Introducción

Las negociaciones de paz árabe-israelíes se han desarrollado en un fondo de represión creciente en Gaza y Cisjordania, en un intento de suprimir la Intifada, rebelión popular palestina que estalla en diciembre de 1987. La Intifada, que literalmente significa "el despertar a sobresaltos", es un producto histórico de todos los esfuerzos previos de resistir a la supresión de la identidad nacional palestina, mediante la expropiación gradual y un control totalitario de los territorios ocupados. Como resultado de la guerra de 1967 Israel conquistó lo que quedaba de la Palestina histórica, Gaza y Cisjordania, incluido Jerusaíén Oriental, desplazando a 350 mil palestinos. Los que quedaron, alrededor de un millón, son los padres de la generación de la Intifada. Poco después de su conquista se impuso en los Territorios Ocupados un régimen colonial, estatutoPage 284 impuesto militarmente a través de un proceso de supresión política, estrangulación económica y represión ideológica y cultural, con el objetivo de evitar el desarrollo de la sociedad civil palestina que llevara a sostener política o económicamente un Estado palestino independiente.

Sin pretender resumir la historia del conflicto palestino-israelí, se puede decir que desde el desposeimiento de los habitantes de Palestina, a partir de la instauración del mando británico durante la Primera Guerra Mundial, la Intifada representa el primer movimiento de masas sostenido de larga duración. Al mismo tiempo la rebelión palestina fue totalmente inesperada: ni los servicios de inteligencia israelíes ni los gobiernos árabes y extranjeros pudieron preverla; incluso después de varias semanas de la insurrección pocos pensaron que continuaría por meses y aún por años.

El entonces ministro de defensa, Isaac Rabin, quien se apresuró a declarar que la insurrección se debía al trabajo de incitadores de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), declaró un mes después: "los disturbios reflejan la tensión que se está gestando en los territorios administrados durante 20 años y no son el resultado de los llamados de la OLP a la violencia". Asimismo, el jefe de Estado Mayor Dan Shomron dijo: "no existe tal cosa como erradicar la Intifada, porque en esencia expresa la lucha del nacionalismo [...] la participación de un gran número de civiles en la violencia ha creado lo que los físicos llaman 'una masa crítica'". Sin embargo, aunque la Intifada lleva largos seis años y ha desencadenado varios acontecimientos regionales e internacionales, la ocupación israelí continúa y las perspectivas de dar término a la ocupación parecen remotas.

Este trabajo pretende hacer una descripción del desarrollo de la Intifada, resaltando las principales características de su dinámica social, y analizar los factores que explican uno de los rasgos más sobresalientes de la rebelión, es decir su carácter nacional y solidario.

Finalmente, en el ensayo se hacen algunas reflexiones sobre el posible impacto político de la Intifada en el conflicto palestino-israelí.

1. Desarrollo de la Intifada

La Intifada es el resultado de dos décadas de resistencia a la ocupación colonial israelí en Gaza y Cisjordania, consolidada en un largo proceso de resistencia civil.

Aunque la Intifada sintetiza una larga lucha de tres generaciones, representa un salto cualitativo en la experiencia colectiva. Lo que la distingue de las revueltas precedentes es suPage 285 carácter masivo, a la vez socialmente más amplia y políticamente mejor organizada. Ha integrado prácticamente a cada miembro de la sociedad, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, habitantes de las ciudades, de las aldeas y de los campos de refugiados, cristianos y musulmanes, todas las clases sociales. Al mismo tiempo la no violencia fue intrínseca al movimiento desde su inicio (al menos hasta muy recientemente), de ahí su naturaleza pacífica.

La Intifada, que estuvo precedida por una serie de atentados imputados en un principio a la organización Yihad Islámica,1 fue, al contrario, una movilización popular de carácter político consistente en huelgas, manifestaciones y llamados a la desobediencia civil, cuyas principales manifestaciones son el rechazo a pagar impuestos, boicot a productos israelíes y expansión del mercado local, abandono del trabajo, (en Israel) visita a prisioneros políticos, renuncia masiva de los policías y de recaudadores de impuestos palestinos.

Sin duda que los residentes de los campos de refugiados, donde se inicia la Intifada, han jugado el principal papel en la confrontación con las fuerzas israelíes, y por consiguiente son los que más han sufrido.2 Después de dos semanas de insurrección que marcaron el inicio de la Intifada en los campos de refugiados de Gaza y Cisjordania (Nablus y Belén), el movimiento se propagó a las aldeas palestinas (a 88 aldeas en enero de 1988, y a más de 200 a fines del mismo año) y a los centros urbanos.3

La Intifada alentó una acción colectiva tal que en mayo de 1988 cientos de comités populares locales —instrumentos fundamentales del movimiento— estaban funcionando en la totalidad de los territorios de Gaza y Cisjordania: en cada aldea, campo de refugiados y ciudades, e involucró a toda la comunidad en diferentes actividades.4 Se constituyeron comités de alimentación, de salud, de donadores de sangre; también comités de calles y de guardia a fin de proteger a los negocios que eran abiertos por el ejército israelí. Pero no sólo existe una red de apoyo en favor de los más afectados por la represión, también se formaron comités cuya finalidad fue reducir en lo posible la dependencia económica de los territorios palestinos. En efecto, los comités agrícolas lograron que el mercado local se volviera autosuficiente en legumbres y en productos avícolas, lo que permitió asegurar el alimento a los habitantes sometidos a prolongados lapsos de toque de queda.

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Es sorprendente que el ejército israelí no haya podido quebrantar esta acción colectiva: ejercer un control real sobre las actividades de cientos de aldeas palestinas necesitaría la movilización permanente de todos los reservistas y tal vez más. El ejército sólo puede realizar incursiones ocasionales, incapaces de modificar el curso de los hechos.

La Intifada ha suscitado un sentimiento de profunda solidaridad que se manifiesta de muchas formas. En las noches se forman cadenas humanas en calles estratégicas que permiten el transporte clandestino de los alimentos (arroz y harina especialmente) destinados a los más necesitados y financiados por una contribución mensual voluntaria.

Las mujeres han jugado un papel fundamental en los comités locales, al participar con los representantes de diversas fuerzas políticas (AL-FATAH, Frente Popular para la Liberación de Palestina, Frente Democrático, Partido Comunista, Corriente Islámica) o sociales (estudiantes).5 Los comités populares deciden el estallido de las huelgas, fijan las horas de apertura y cierre de negocios y organizan la ayuda a las familias víctimas de la represión. Los comités populares se organizan bajo las directrices de un liderazgo, el Comando Nacional Unificado (CNU), formado por representantes de cuatro facciones de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP): (El Fath, que tiene representación mayoritaria en el CNU, el Frente Popular para la Liberación de Palestina, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina y el Partido Comunista) y el movimiento Jihad Islámico, quienes pertenecen a una nueva generación de jóvenes dirigentes. El CNU opera en la clandestinidad total; su autoridad se ejerce sobre toda la población de Gaza y Cisjordania y trabaja en coordinación con la OLP. El debilitamiento del liderazgo local en el cuarto año de la Intifada, debido a la ola de arrestos y deportaciones de sus líderes y cuadros, ha permitido a los líderes de la OLP tener más injerencia en la dirección de la Intifada y en la dirección de los Territorios Ocupados de Gaza y Cisjordania en general.6

Los instrumentos para difundir las directivas a los diferentes comités y a la población en general son los comunicados y folletos distribuidos por decenas de miles de ejemplares, y los autoparlantes de las mezquitas7 Las instrucciones del liderazgo han sido estrictamente observadas por la población, y se puede decir que el cumplimiento de diferentes actividades de resistencia se ha vuelto un modo de vida.

En esta etapa de resistencia basada en la desobediencia civil, la incorporación de la comunidad de comerciantes en el liderazgo de la Intifada, a través de los "comités de comercían-Page 287tes"8, fue decisiva para su éxito en las fases iniciales. Ello significó la movilización del sector más conservador e individualista de la población urbana. En los primeros cuatro meses de la Intifada, los comerciantes fueron el elemento determinante que paralizó la economía urbana y consolidó el carácter popular de la insurrección. Dejaron de pagar impuestos y empezaron a cerrar sus negocios fuera del horario establecido por las autoridades israelíes. Éstas se empeñaron en romper la huelga de los comerciantes ya que era el aspecto más visible del movimiento institucionalizado; por ello, las fuerzas represivas no vacilaron en romper los cerrojos de los establecimientos comerciales. Este hecho resulto contraproducente puesto que generó un apoyo comunal sin precedentes, y los herreros arreglaban los cerrojos de manera gratuita. Se formaron "comités de guardia populares" para proteger los negocios que eran abiertosa la fuerza por el ejército, y que eran atacados por parte de los colonos israelíes.9 Se constituyeron grupos de jóvenes que levantaban...

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