Interpretación y jurisprudencia en el juicio de amparo
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WALTER ARELLANO HOBELSBERGER. ED. PORRÚA. 2009
El papel de la interpretación es fundamental para enfrentar la compleja realidad social, pues hoy se requieren respuestas de mayor contenido y mejor calidad. Es justamente ése el gran reto y enorme desafío de nuestros días ante la gran variedad de problemas sociales, económicos, culturales y políticos a los que no es ajeno el Derecho. Ya no es válido buscar respuestas metodológicas simplistas e interpretaciones intrascendentes, muchas veces formalistas y letristas para resolver casos difíciles.
Se vive hoy una época inédita en la historia del Derecho, encabezada por la Filosofía, que ha llevado a cuestionar severamente el sistema jurídico mexicano prevaleciente durante más de un siglo en el medio académico y también en el judicial.
Las exigencias de los nuevos tiempos no se limitan a soluciones de problemas a través de simples planteamientos de validez formal, pues hoy es indispensable que los estudiosos del Derecho y, por supuesto, los jueces, y más aún los de amparo, cuenten con mayores recursos y herramientas para ofrecer alternativas de mejores y más completas soluciones a partir de interpretaciones consistentes y de gran fortaleza, en una perspectiva de validez ética.
Al dictar sentencias, se requiere esencialmente una adecuada interpretación y una notable justificación filosófica y ética, apoyada siempre en la meditación profunda sobre los derechos humanos, los valores y los fines del Derecho, único camino válido para alcanzar la justicia. Una buena decisión con este contenido dignifica al juez constitucional y a los hombres a quienes dirige su resolución. En este entorno, las mejor es interpretaciones posibles habrán de contar con todo el soporte teórico y práctico que ha desarrollado la Filosofía Jurídica, la Argumentación Judicial, la Metodología Jurídica, la Ética Judicial, así como la Epistemología del Derecho y por supuesto el denominado Nuevo Constitucionalismo, sin olvidar el fortalecimiento del Derecho por medio del conocimiento multidisciplinario y de los derechos humanos en sus ámbitos nacional e internacional.
Desde Aristóteles, el saber jurídico es considerado necesariamente práctico y, por ende, su objeto no es simplemente describir o sistematizar, sino que, en su aspecto esencial, se centra en ponderar cada asunto para encontrar la mejor respuesta posible en justicia y en equidad.
Bajo ese esquema, se entiende por qué en los discursos interpretativos y...
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