Insumo-producto y teoría del valor-trabajo

AutorDiego Guerrero
CargoDepartamento de Economía Aplicada V, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid, Campus de Somosaguas
Páginas139-168

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Introducción

Haciendo uso de los rudimentos del álgebra matricial, es fácil comprobar que las dos formas de llegar a la ecuación (1) son perfectamente equivalentes, y que dicha ecuación se corresponde con la manera habitual de expresar los valores-trabajo en la moderna literatura sobre el tema. Por una parte, podemos concebir los valores como la suma de trabajo directo totalPage 140 necesario para reproducir las mercancías, entendiendo el sentido de ese total en la tradición de los coeficientes de trabajo verticalmente integrados de Leonüef-Pasinetti. Por la otra, se pueden concebir como la suma del trabajo vivo más el trabajo objetivado en los medios de producción que utiliza el trabajo vivo en la producción, es decir, como la suma del trabajo directo más el indirecto.

De acuerdo con la primera interpretación, y usando la notación estándar, donde v' representa el vector de los valores-trabajo, a0', el vector de los coeficientes de trabajo directo, A la matriz de insumos intermedios (incluida la depreciación de capital fijo), e I la matriz identidad, podemos obtener los valores como una suma de trabajos directos desarrollados a lo largo del tiempo desde el presente hacia atrás, reduciendo cualquier insumo material a una suma de trabajos directos previos más nuevos insumos, que a su vez se traducen a nuevo trabajo directo anterior y más insumos, y así indefinidamente. Con este ra2onamiento, desembocaríamos en lo siguiente:

[VEA LAS FÓRMULAS EN EL PDF ADJUNTO] (1)

Sin embargo, la segunda interpretación nos conduce también a un resultado idéntico, puesto que la suma de la ecuación (2):

[VEA LA FÓRMULA EN EL PDF ADJUNTO] (2)

no es sino la suma del trabajo directo más el valor de la suma de insumos materiales que entran (como trabajo indirecto) en la producción de cada una de las mercancías. Obviamente, si restamos v'A de ambos lados de la ecuación (2), sacamos factor común a v' en el lado izquierdo, y multiplicamos a continuación los dos por la inversa de Leontief, el resultado vuelve a ser el de la ecuación (1), que reescribimos completa a continuación:

[VEA LA FÓRMULA EN EL PDF ADJUNTO] (1)

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El resultado de multiplicar los coeficientes directos de trabajo (a0) por la inversa de Leontief es convertir al producto, como ya demostrara Pasinetti (1973), en los coeficientes de trabajo verticalmente integrados, que es la expresión habitual de los valores-trabajo. Sin embargo, la ecuación (1) plantea una serie de problemas a la literatura reciente sobre teoría laboral del valor (TLV) que me propongo revisar a continuación. En particular, los problemas que someteré a algún comentario, aunque no siempre con la misma extensión, son los siguientes:

1) Si se observa la ecuación (2) desde una perspectiva temporal, podría pensarse que la matriz A representa los insumos, y, como tales, éstos se han producido en un momento anterior al de realizarse la producción actual, mientras que los valores que estamos considerando son precisamente los relevantes para el momento presente. Se plantea, por tanto, la cuestión de si no sería necesario usar índices temporales distintos para cada uno de los vectores «''que aparecen en la ecuación (2), pues en el caso de que las respuesta fuera positiva, dejaría de ser posible efectuar la operación algebraica que nos permite pasar de la ecuación (2) a la (1), y sería imposible seguir considerando los valores-trabajo como sinónimos de los coeficientes de trabajo verticalmente integrados que se usan en la literatura insumo-producto.

2) Más importante, y de mayor tradición, es la objeción frecuentemente presentada a la teoría laboral del valor en torno a los supuestamente irresolubles problemas que afectan a la cuestión de la reducción del trabajo heterogéneo a trabajo homogéneo. Para captar la esencial del problema en forma visual, piénsese que dicha objeción equivale a la afirmación lisa y llana de la imposibilidad de obtener cualquier medida de trabajo directo en términos de cualquier sustancia homogénea, pollo que sería imposible, de acuerdo con esta interpretación, el cálculo de los coeficientes a0'.

Estos dos primeros problemas no necesitan un análisis detallado del cuadro sintético que presentamos al principio de la segunda sección de este artículo, y que pretende ser un paso previo imprescindible para la plena comprensión y el tratamiento adecuado del célebre problema de la transformación de los valores en precios que tanto ha excitado el debate, dentro y fuera de la economía marxista, durante más de un siglo. Por tanto, usaremos la explicación de este cuadro como punto de partida para desarrollar la solución a los problemas que planteamos a continuación (en los puntos 3 y 4) y a los que, a diferencia de los problemas 1 y 2, no intentaremos dar una respuesta inmediata (como haremos con esos dos en la sección 1 del articulo).

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3 y 4) El tercer problema tiene que ver con lo que llamaré la "ambigüedad de Marx", cuando se refiere a las maneras de entender el valor de los insumos que entran el producción, y, en particular, a la cuestión a si entiende por ello lo que en la tabla 1 se llamará & o uJ, Por último, está el problema de la crítica tradicional que se ha venido haciendo desde hace más de un siglo a la teoría del valor de Marx, y que desde Steedman, se ha sintetizado en una triple etiqueta: las críticas de la redundancia, la incoherencia y la falta de respeto a la prioridad lógica, de las que se acusa a la teoría de Marx. La contracrítica a ambas críticas se hace con más detalle en Guerrero (1999) y se basa en una minuciosa explicación del sistema conceptual de categorías marxianas de precios y valores (tabla 1). Sin embargo, en este articulo, la explicación de dicha tabla (véase la sección 3) se hace con el simple propósito de reflexionar sobre la cuestión del eclecticismo en cuestiones de teoría económica, en especial en relación con el uso de las matemáticas en el interior de la economía marxista, y como paso previo a los resultados empíricos que se discuten en la sección 4. A continuación, nos centraremos en las cuestiones 1 y 2 citadas más arriba.

1. El tiempo real y la perspectiva dinámica

En los últimos años ha surgido con fuerza una nueva interpretación de la teoría marxista del valor, que no debe confundirse con la más famosa corriente, llamada precisamente, "Nueva Interpretación" (Duménil, Foley, etc.). Se trata de lo que ha dado en llamarse la corriente del Temporal Single System (TSS: véase Freeman y Carchedi, 1995, y una comparación entre ambas escuelas en Saad-Filho, 1995). La aportación más notable de esta escuela es su insistencia en lo que ellos consideran el enfoque unitario (single), es decir, la idea de que la superación de las críticas mayoritarias a la teoría laboral del valor se basan en la interpretación de los valores y los precios como dos sistemas, espacios o mundos aparte, cuando en realidad se trata de una sola y única esfera de la realidad capitalista.

Más abajo veremos hasta qué punto puede llegarse en el desarrollo lógico de este principio, pero antes de analizar ese punto con mayor detalle, hay que decir que no se comparte en este artículo el otro lado de la aportación de la escuela del TSS: su especial concepción de la temporalidad como una única manera de llevar a cabo un análisis dinámico que supere las limitaciones de la estática casi omnipresente en losPage 143 críticos de Marx. Aunque hay desarrollos mucho más recientes (véanse, por ejemplo, Freeman, 1999, y Kliman, 1999), a mi entender, la esencia del enfoque ya está planteada en el primer artículo que esta tradición reconoce como precedente (véase Pérez, 1980), y que vendría a significar la imposibilidad de reducir los valores-trabajo a coeficientes verticalmente integrados desde el momento en que los valores de los inputs, en un contexto dinámico, no pueden ser los mismos valores de los outputs, ya que el periodo de producción conlleva el paso del tiempo, y en el transcurso de ese lapso -variable como es en cada proceso de producción específico- tiene que significar el cambio de los valores unitarios de todos, o al menos algunos, de los elementos del vector de valores. Por consiguiente, según esta interpretación, habría que escribir, en lugar de la ecuación (2), algo parecido a la ecuación (3), lo cual haría imposible igualar ésta con la (1):

[VEA LA FÓRMULA EN EL PDF ADJUNTO] (3)

El argumento a favor de esta tesis, se reduce básicamente a que el capitalista individual debe utilizar el coste histórico de sus activos invertidos en el pasado, en lugar del coste de reposición, a la hora de calcular su tasas de ganancia efectiva.1 Sin embargo, aunque esto sea cierto para el capitalista individual, ello no elimina la perspectivaPage 144 correspondiente al capital en general, cuya devaluación continua, por medio del cambio técnico y la sanción negativa que la rivalidad competitiva ejerce sobre los rivales más atrasados, hace que el valor de los medios de producción que debe tenerse en cuenta en este nivel sea el valor al que se pueden reproducir las mercancías en el momento de la producción, no el valor al que se podía hacer en el momento en que se produjeron cuando la empresa las compró, en el paso, como inputs de su propio proceso productivo. La esencia de esta contracrítica...

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