El Informe Oppenheimer / Arrancó Castillo con pie izquierdo

AutorAndrés Oppenheimer

El nuevo Presidente de Perú, Pedro Castillo merece crédito por prometer dedicarse a mejorar las condiciones de vida de los pueblos originarios de su país, pero empezó mal: sus primeras medidas en el Gobierno despiertan temores de que ahuyentará a los inversores, generará una estampida de capitales y -después de una fiesta populista- terminará creando más pobreza.

Castillo, de 51 años, quien era líder de un sindicato de maestros de extrema izquierda, asumió el cargo el 28 de julio tras de ganar las elecciones por un ínfimo 0.3 por ciento de los votos. Solo controla 37 escaños de las 130 bancas del Congreso.

Su minoría en el Parlamento había generado especulaciones de que tendería puentes con la Oposición, en lugar de apoyarse exclusivamente en su partido "Perú Libre", que se autodefine como marxista.

Sin embargo, en lugar de nombrar a un Primer Ministro moderado que podría haberse entendido con la disidencia, Castillo nombró a Guido Bellido, uno de los políticos más radicales de Perú Libre.

Bellido está bajo investigación por rendir su "homenaje" a una integrante del grupo terrorista Sendero Luminoso en Facebook en 2017.

El nuevo Primer Ministro también defendió la dictadura cubana tras la represión brutal del 11 de julio de miles de manifestantes pacíficos en la isla, afirmando en una entrevista televisiva el 19 de ese mes que Cuba es un país "democrático".

Asimismo, Castillo nombró a Héctor Béjar, un ex líder guerrillero de 85 años, como su Ministro de Relaciones Exteriores. Béjar es un admirador entusiasta de las dictaduras de Cuba y Venezuela.

Pero lo más preocupante de los primeros pasos de Castillo en la Presidencia es su insistencia en convocar una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución.

Eso es exactamente lo que hizo el difunto populista autoritario venezolano Hugo Chávez inmediatamente tras asumir el poder en 1999, y lo que hicieron los seguidores de Chávez en Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Con la excusa de cambiar la Constitución para combatir la corrupción y darle más derechos al pueblo, asumieron poderes absolutos.

En su discurso de toma de posesión, Castillo dejó en claro que la convocatoria a una Asamblea Constituyente es su primera prioridad política. Eso no es un buen augurio para Perú, por varias razones.

Primero, refuerza los temores de que el Mandatario, a pesar de sus recientes afirmaciones de que no es "chavista ni comunista", está siguiendo el manual chavista al pie de la letra.

La posibilidad de que...

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