Una infancia dañada por seis años de guerra

AutorTémoris Grecko

A casi seis años del inicio de la guerra en Siria, y por primera ocasión, una luz apunta hacia una posible ruta de salida. Tres anteriores rondas de diálogo entre el gobierno sirio y los bandos de la oposición, convocadas por la ONU y llevadas a cabo en Ginebra, acabaron en insultos y portazos; esta vez se llegó a un acuerdo base: las futuras conversaciones tendrán como eje la agenda siguiente, que prefigura la Siria que emergerá del conflicto:

Al entrar en vigor una tregua permanente, se abrirá un proceso de transición dirigido por un gobierno provisional en el que participarán representantes del régimen del presidente Bashar al Assad y de las milicias rebeldes, un nuevo texto constitucional será redactado por consenso y se convocarán elecciones libres.

Además, por exigencia de los representantes de Assad, se empezó a dibujar un enemigo común contra el que todas las partes, dentro y fuera de Siria, pueden estar de acuerdo en unirse: la organización Estado Islámico, que desde 2014 ha puesto en jaque a facciones y gobiernos de la región y a las potencias globales, al conquistar una extensa franja de territorios contiguos en Siria y en Irak, incluidas las ciudades de Raqqa y Mosul. En virtud del entendimiento alcanzado, las partes admiten entre sus prioridades la lucha contra el terrorismo y las medidas de generación de confianza mutua.

Otro aspecto fundamental es que no se permitirá la desintegración del país, por lo que, para las zonas bajo control kurdo a lo largo de la frontera con Turquía, lo que se prevé no es la independencia, sino un gobierno con amplios márgenes de autonomía pero bajo un régimen federal, parecido al que rige en el norte de Irak.

Se trata sólo de un paso, significativo pero dependiente de que se siga avanzando en esa línea: la ONU ha llamado a otra sesión de conversaciones, por realizarse el lunes 20, a fin de concretar acuerdos con mayor sustancia y capacidad de materializarse sobre el terreno.

De manera paralela, Rusia, Turquía e Irán van a proseguir el jueves 16 con otro foro en Astaná, capital de Kazajistán, del que fue excluido Estados Unidos aún bajo la presidencia de Barack Obama, y que perseguirá la consolidación del alto al fuego vigente en varias partes del país y el fortalecimiento de un mecanismo de supervisión de su cumplimiento.

El optimismo es moderado pero la novedad es que ahora lo hay, y a pesar de nuevos informes que dan cuenta de la brutalidad de esta guerra, que comenzó con manifestaciones...

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