Cataluña: Por una independencia sin mesianismos

AutorAlejandro Gutiérrez

MADRID.- Cataluña se volvió la pesadilla de Artur Mas, presidente en funciones de la Generalitat. Después de adquirir un aire mesiánico al querer apropiarse del complejo movimiento por la independencia catalana, los resultados de los comicios del 25 de noviembre lo regresaron a la realidad tras la debacle de su partido, Convergencia i Unió (CiU).

Actualmente Mas negocia un pacto para crear un "gobierno fuerte" de cara a su investidura -el sábado 15 se instalará la nueva legislatura- que le permita seguir con la consulta soberanista; pero la pluralidad del escenario político catalán y su pretensión de mantener su agenda económica auguran momentos de mucha polarización y dificultad.

Si bien CiU fue el partido más votado, sólo obtuvo 50 escaños, 12 menos de los que tenía Mas al disolver el Parlamento hace dos meses. Los 62 diputados que ganó en la elección de 2010 fueron su fuerza para pactar con el Partido Popular (PP) la dura agenda de ajustes -recortes que sobrepasan los 4 mil millones de euros- que aplicó a los catalanes en rubros tan sensibles como la sanidad o la educación.

Tecnócrata de la derecha catalana, Mas rompió con el PP del presidente Mariano Rajoy y convocó a los comicios para pedir una "mayoría excepcional" a fin de conseguir al menos los 68 diputados que formarían la mayoría absoluta y así impulsar la consulta por la independencia.

Esa propuesta soberanista que llevó a la campaña era nueva en su agenda. Aun más, se arrogó el liderazgo de la marea in-dependentista, lo que resultó poco creíble.

El detonante fue la Marcha de la Diada, Día Nacional de Cataluña, el 11 de septiembre, cuando más de millón y medio de ciudadanos se volcaron a las calles de Barcelona con sus banderas esteladas (con estrella), símbolo de la autodeterminación.

La noche del 25 de noviembre, tras conocerse los resultados de los comicios, anunció que mantendrá la consulta para decidir la autodeterminación; no obstante pidió "responsabilidad" a las otras fuerzas políticas para pactar un nuevo gobierno "fuerte".

Al día siguiente su partido subió la oferta: Continuar con la agenda de la consulta por la autodeterminación pero a condición de pactar que el nuevo gobierno incluya la entrada de miembros de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) o del Partido Socialista de Cataluña (PSC), segunda y tercera fuerzas políticas, para compartir las decisiones.

Esa condición encubre para estos eventuales socios políticos compartir el desgaste político que representará seguir con los recortes en los servicios sociales los próximos años.

Contra los mesías

Anna Arqué, portavoz de la Asociación por la Independencia Europea (EPI, que promueve la autodeterminación de Escocia, Flandes y Cataluña), muestra su sorpresa por el tono de esta negociación política: "Convergencia...

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