El inaudito viraje de Trump

AutorJ. Jesús Esquivel

WASHINGTON.- La realidad de asumirse como el casi seguro candidato presidencial por el Partido Republicano obligó al multimillonario empresario Donald Trump a modificar su lenguaje, maquillar su ideología e intentar dar la impresión de no ser un tipo tan pedante, denuncian algunos de sus correligionarios que se niegan a aceptarlo como su abanderado para las elecciones presidenciales.

Ya sin contrincantes, por lo menos hasta la celebración de la Convención Nacional del Partido Republicano -a celebrarse del 18 al 21 de julio en Cleveland, Ohio-, Trump contrató a más de una decena de asesores político-electorales para venderse ante los electores como un candidato presidencial más refinado, sensible y distinto al bravucón, ofensivo y grosero aspirante a la nominación de su partido.

La semana pasada Trump inició una pasarela por las redacciones de diarios tan importantes como The New York Times y The Washington Post, y por canales de televisión nacionales como Fox News, NBC y ABC, así como estaciones de radio, para dar entrevistas en las que sorprendió la moderación en sus propuestas.

"Revisaremos con cuidado todos los acuerdos comerciales para modificar sólo lo que se tenga que modificar, sin afectar los intereses económicos del país y de los trabajadores estadunidenses", declaro al Washington Post, por ejemplo.

Esto que le dijo el magnate de la industria de la construcción al periódico más importante de la capital estadunidense y uno de los más influyentes del país, es la antítesis de lo que hasta hace unos días propagaba a los cuatro vientos.

Trump había prometido hasta antes de colocarse como el virtual candidato presidencial republicano, que de ganar la Presidencia en los comicios del próximo 8 de noviembre, aboliría todos los acuerdos comerciales suscritos por Estados Unidos, empezando por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El cambio de posición de Trump no se debe a que de pronto haya descubierto las bondades de los acuerdos comerciales. Según varios de sus asesores, el magnate, como si fuera demócrata y no republicano, siempre ha rechazado el libre comercio como herramienta de crecimiento económico y de creación de empleos.

Su endoso a la política comercial republicana es el resultado de la conversación de 40 minutos que tuvo la semana pasada en Washington con Paul Ryan, el presidente de la Cámara de Representantes y líder de los republicanos en el Capitolio.

Ryan, excandidato a la Vicepresiden-cia en las últimas...

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