El INAH, presa de las mineras

AutorJudith Amador Tello

Además de poner en riesgo las zonas arqueológicas de Xochicalco y las del cerro El Jumil, el proyecto de la minera canadiense Esperanza Silver en Temixco, Morelos, evidencia un problema jurídico y administrativo en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Las empresas de este tipo -contagiadas por la "fiebre del oro"- aprovechan esta situación y con ello ponen en riesgo el patrimonio arqueológico del país.

Para Felipe Echenique March, investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, la minería de tajo abierto ofrece un panorama negro para la preservación del patrimonio. El problema principal, juzga, es la falta de reglamento a la Ley Orgánica que los investigadores han solicitado a los directores generales del instituto, a los titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al mismo presidente de la República, sin obtener respuesta.

En entrevista con Proceso, así como en un documento entregado aparte, el investigador desglosa cómo en el proyecto minero La Esperanza (algunos opositores han comenzado a llamarlo "La Desesperanza", por los daños que provocará en el medio ambiente, la salud, el patrimonio arqueológico y el entorno socio-cultural), la falta de ese reglamento ha permitido el avance de los trabajos de la empresa canadiense desde marzo de 2004.

El reglamento debería establecer con claridad quiénes son responsables de qué debe hacerse y qué no, desde el director general del INAH, el secretario técnico, el jurídico, el administrativo y el resto de las dependencias. La ausencia de normati-vidad propició que fuese el fallecido arqueólogo Norberto González Crespo, responsable en 2004 de Xochicalco, y no el área jurídica, quien autorizara las primeras exploraciones de la minera en el cerro El Jumil, según documentación que obtuvo Echenique del propio INAH.

Pero en diferentes exploraciones se encontraron siete sitios arqueológicos, entre ellos El Jumil, El Jumilito, El Amate y Cuexcomate, además de que el cerro El Jumil está frente a la zona arqueológica de Xochicalco (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). Echenique y Silvia Garza, directora actual de la zona (ver recuadro), aclaran que esos sitios forman uno sólo y hay vestigios de las calzadas prehispánicas que los comunicaban.

Al historiador le parece "extraño y anómalo" que las mineras conozcan qué arqueólogos trabajan qué zonas arqueológicas y se dirijan directamente a ellos. Más aún, que en todo el proceso prácticamente no aparezcan documentos del área jurídica, la cual debió tomar las decisiones junto con la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos.

En su texto detalla que toda solicitud de un particular para...

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