Mujeres y política en México: aborto, violación y mujeres golpeadas

AutorEli Bartra
CargoUAM-Xochimilco. Departamento de Política y Cultura
Páginas23-33

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En México, el movimiento feminista de la llamada nueva ola irrumpe en la escena política del país a principios de la década de 1970, y el universo de la política social y privada se ve transformado. Se trata, sabido es, de un cambio a nivel mundial, del lento proceso de feminización de la historia que, además, nos permite hoy plantear la cuestión de mujeres y política quizá de una manera un tanto diferente, porque distinta puede ser la concepción de la política para el feminismo.

Hasta 1953, la política pública era obvia, clara, deliberada y absolutamente masculina, lo cual no significa que las mujeres no hicieran política, pero esa política para los gobiernos del país les estaba vedada. Es bajo la presidencia de Adolfo Ruiz Cortines,Page 24 cuando la posibilidad de votar (y ser votadas) fue otorgada a las mujeres en México, pero aún no hay consenso sobre si el voto femenino era resultado de las luchas de las mujeres o un don gracioso del gobierno.1 Es posible que fuera un poco de todo. Habernos otorgado el voto es la condición mínima necesaria para crear una igualdad de derechos y deberes sociales que se empezaron a forjar supuestamente, para los varones, con la Revolución Francesa de 1789 y con el llamado sufragio "universal". Se sabe, sin embargo, que de universal no tuvo nada. El derecho al voto, pues, no es suficiente para lograr la igualdad de posibilidades para elegir y ser elegidas (o nombradas) para un cargo de representación popular en los cuadros políticos dirigentes de la sociedad.

A partir de la década de 1960, las mujeres hemos ido entrando muy poco a poco a formar parte de la máxima dirigencia política, pero los porcentajes son aún de una insignificancia grotesca.2 Si es una realidad que las mujeres hemos estado separadas de la vida política pública como norma y que hemos vivido atadas a la maternidad forzada, a la sexualidad masculina y al ejercicio del poder sobre nosotras por medio de la fuerza... y de la sutileza, es también cierto que nosotras haremos política a partir de esta realidad. Por eso es importante considerar situaciones como el aborto, la violación y la violencia hacia las mujeres, porque a través de estos hechos se cristaliza tanto una parte de la vida de las mujeres como sus luchas, sus rebeliones, su forma de hacer política.

Estas tres cuestiones están teñidas de elementos económicos, políticos, ideológicos, sexistas, morales y sociales totalmente entretejidos; los abordaré intentando destejer algunos hilos. Es importante también señalar que a diferencia de otros asuntos políticos, como el derecho al sufragio, estas tres problemáticas tienen que ver directamente con el cuerpo de las mujeres, y se piensan, evidentemente, como cuestiones privadas, personales. Si siempre se nos ha considerado puro cuerpo es justo y lógico que nuestra rebelión y nuestras luchas políticas pasen necesariamente por el cuerpo. Si nuestra vida se ha desarrollado fundamentalmente en el ámbito "privado" y nuestros "problemas" son "personales", entonces... "¡que lo personal sea político!"

En apariencia, estas tres situaciones poco tendrían que ver con la política; en todo caso, el aborto y la contracepción se relacionan con las políticas demográficas del gobierno, pero nada más; veamos con cierto cuidado el asunto.

Las mujeres en México se han organizado para luchar por sus derechos desde el siglo pasado. Hubo movimiento sufragista, si bien no tan significativo como en otrosPage 25 países, y también diversos tipos de acciones colectivas para mejorar las condiciones de vida desde su existencia de mujeres. Además, se demandó reformar la ley de aborto (por ejemplo, en la década de 1930, la doctora Matilde Rodríguez Cabo, integrante de la Sociedad de Médicas Mexicanas, fue una de las defensoras del derecho de las mujeres a abortar); pero todo parece indicar que, en general, fueron luchas muy aisladas y a veces incluso individuales.3

Para un Estado que prohibe la práctica del aborto, que ha mantenido hasta hace poco tiempo leyes "blandas" y mucha corrupción frente a la violación y para quien las mujeres golpeadas son "inexistentes", todos estos son problemas estrictamente familiares y de educación y le tiene poco más o menos sin cuidado lo que piensan y sienten las mujeres, cómo viven o en qué condiciones mueren.

Sobre el aborto

Remitir el problema a una deficiencia educativa es siempre la salida fácil del Estado y del partido oficial frente al aborto. Lo importante es evitarlo, dicen, y esto sólo se logra mediante lo que ellos llaman una "educación sexual", aparejada con las campañas de contraconcepción. La que se enseña en las escuelas, dicho sea de paso, en el mejor de los casos se trata de una descripción de los órganos genitales para la función reproductora; no existe una verdadera educación sexual en el sentido de que ni el gusto ni el placer ni el polimorfismo, por ejemplo, inherentes a toda sexualidad humana, son siquiera mencionados, eso es tabú, pero esto ya es cuento aparte. Y por supuesto los accidentes, los errores o la falibilidad de los métodos anticonceptivos no existen y, así, el lema sería: si se tiene esa educación sexual y se usa la contracepción no habría necesidad de recurrir al aborto.

El aborto es ilegal. La ley para el Distrito Federal establece que cualquier persona que practique o ayude a ejecutar un aborto con el consentimiento de la mujer será sentenciado con uno a tres años de cárcel. Sin su autorización las penas van de tres a seis años de prisión; si se utiliza la violencia, la sentencia es de seis a nueve años. La pena para la mujer que consiente en abortar es de seis meses a un año si se dan las circunstancias que siguen: no debe tener mala reputación, haber logrado esconder su embarazo y si es producto de una unión ilegítima. Si alguno de estos tres factores está ausente, la pena es de uno a cinco años de cárcel.4 Es decir, una muchacha "decente"Page 26 que use muy buenas fajas y no "pertenezca legítimamente" a alguien, tiene una pena menor (gran premio por haber logrado esas tres gracias juntas), que una prostituta (mala reputación) una ingenua que no supo esconder su "desliz"; o una mujer embarazada por el marido

Entre las razones para abortar se encuentran, en primer lugar, la cuestión económica. En México, la gran mayoría de los abortos voluntarios son de mujeres con más detres hijos... y católicas. En 1978 se calculaba, aunque no hay manera de saberlo a ciencia cierta, que se llevaban a cabo dos millones de abortos al año y, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre el 7 y el 14% de las mujeres que abortan fallecen, por lo que se calcula que quizá morían en México unas 140 mil al año a consecuencia de abortos mal practicados.5

Existen en el país 14 millones de mujeres en edad fértil (entre 20 y 49 años) y, según...

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