Honduras demanda a Brasil ante la Corte Internacional de Justicia

AutorVíctor E. Corzo Aceves; Ernesto E. Corzo Aceves
Páginas28-29

Page 28

Introducción

La disputa generada por la expulsión del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, el pasado 28 de junio, ha llegado a instancias judiciales. El 29 de octubre de 2009, la República de Honduras demandó a la República Federal de Brasil ante el máximo órgano judicial de Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, Países Bajos. Según Honduras, Brasil viola el principio de la no intervención en los asuntos internos del país centroamericano, al tener como huésped en su embajada de Tegucigalpa a Manuel Zelaya, lo que representa —en vísperas de las elecciones presidenciales del 29 de noviembre— una amenaza a la paz y el orden público interno hondureño.

Contexto

El 21 de septiembre, Manuel Zelaya regresó a territorio hondureño de manera sui generis, alojándose de inmediato en la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Las razones por las que se explica su regreso a Honduras son: estructurar una plataforma político-social que facilite su regreso a la presidencia, tener una presencia física en Honduras, incomodar y convertirse en sombra del gobierno defacto encabezado por Roberto Micheletti, y posicionarse en la agenda de medios como centro del debate público mundial. Zelaya, como buen negociador y político, busca evitar que el poder que posee como presidente "legítimo" de Honduras y el respaldo expresado a nivel internacional se diluyan con el transcurso del tiempo o pasen a un segundo plano ante la cierta estabilidad social que, en los últimos meses, impera en Honduras.

Al no existir en Honduras el escenario tradicional de inestabilidad después del supuesto coup d'Etat, el único método de presión efectivo al alcance de Manuel Zelaya es el repudio de la comunidad internacional al gobierno de Roberto Micheletti. Ante la figura de "reconocimiento de gobiernos" que la mayoría de los Estados maneja como herramienta de política exterior, la comunidad internacional tiene la facultad de legitimar o rechazar al gobierno de Micheletti. De aquí se entiende por qué el gobierno defacto intentó presionar a diferentes Estados latinoamericanos para que emitieran los reconocimientos respectivos, inclusive llegando al extremo de amenazarlos con la remoción de los privilegios e inmunidades para sus agentes diplomáticos acreditados en Honduras.

A la luz de lo anterior, queda clara la razón por la cual la estrategia que se emplea para restituir a Zelaya se...

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