Homenaje de la UNAM en cuatro tiempos
| Autor | Niza Rivera |
Martínez asistió virtualmente este martes 18 al Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para participar en la primera de cuatro sesiones virtuales del "Homenaje a Ricardo Garibay, en el centenario de su nacimiento", al lado de Alberto Vital, director del CEPE y también discípulo garibayano.
La charla inaugural, de poco más de una hora y conducida por Alejandra Silva, del Departamento de Literatura del centro, se transmitió en vivo. La conversación fue tan amena, que entre memorias y algunas preguntas del público a distancia, los invitados pudieron explayarse sobre sus experiencias como alumnos, así como de los gustos y personalidad de Garibay, quien fuera novelista, ensayista, cronista, dramaturgo y guionista.
Por ejemplo, además de enfatizar que Garibay era un gran lector, Vital consideró que una de sus principales obsesiones era que los diálogos fueran lo más similar posible al habla de la vida real. En sintonía con el comentario, Martínez Torres dijo que el autor de Bellísima bahía les decía a sus alumnos que los diálogos costaban más en español, mientras que en inglés parecía que fluían.
Recordó la novela corta La casa que arde de noche (1971), "que no alcanza ni las 100 páginas, pero muy recomendable para conocer la prosa de Garibay". El volumen se encuentra en línea en el repositorio www.la-novelacorta.com.
Un par de horas después de que culminara la plática, Martínez Torres afirmó a este semanario:
"Me gustó, me entusiasmó mucho, sobre todo la posibilidad de hablar de uno de los grandes escritores mexicanos en la historia de la literatura, eso me encanta, en especial en mi papel de profesor, buscando herramientas y posibilidad para orientar a los jóvenes. Creo que sería bueno comenzar por su antología De vida en vida a partir de los retratos que hizo Garibay".
-Usted mencionó también La casa que arde de noche (1971) como otra sugerencia...
-Sí, es pequeña pero de una prosa feroz, tremenda, de lo mejor que escribió, y también una que él recomendaba y que a su juicio era lo mejor que había hecho, Par de reyes (1983), un guion para cine que se filmó, luego la siguió trabajando como novela, y después la publicó con ese título.
"Además de la antología, la colección de poemas y ensayos Cómo se pasa la vida (1975), Las glorias del gran Púas (1978) -entrevista con el boxeador Rubén...
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