Homenaje a Paz en el Senado

AutorJesusa Cervantes

Quienes impulsaron infructuosamente la colocación del nombre del poeta en San Lázaro fueron diputados del Partido Acción Nacional, del que Paz "jamás creyó que (...) iba a ser un partido reformista" y al que "más bien (...) despreciaba", según contó Enrique Krauze a Rafael Rodríguez Castañeda, director de este semanario, en la entrevista titulada Viaje a las entrañas de Octavio Paz (Proceso 1823).

En abril de 2006, los entonces diputados federales panistas Adriana González Carrillo y Rodrigo Iván Cortés Jiménez presentaron la iniciativa para inscribir ese nombre en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro, donde figuran entre otros los de los poetas Sor Juana Inés de la Cruz y Nezahualcóyotl.

Pero fue la siguiente Legislatura la encargada de analizar la petición, que entre sus argumentos decía de Paz: "Es el autor mexicano más prestigiado de la segunda mitad del siglo XX y un hombre cuya destacada labor intelectual, diplomática y patriótica al servicio de nuestro país debe ser objeto de un profundo homenaje".

La propuesta fue rechazada el 20 de febrero de 2008 por la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, encabezada por el priista Carlos Chaurand Ar-zate, con el argumento de que Paz no colaboró en la construcción del Estado mexicano, uno de los requisitos que deben cumplir todos quienes estén en el Muro de Honor.

Para esa fecha, Adriana González ya tenía un escaño en el Senado. A ella y a la senadora perredista María Rojo les enojó la decisión de los diputados y entonces lograron que la Junta de Coordinación Política de la Cámara alta decidera llamar Octavio Paz a una de las salas de juntas del recinto de Xicoténcatl. Pero la construcción de la nueva sede senatorial provocó que la medida se pospusiera.

Segundo intento

El 25 de junio de 2008, diputados y senadores propusieron de nuevo inscribir con letras de oro el nombre del poeta en San Lázaro. En su exposición de motivos, legisladores del PRD, PAN y Convergencia dijeron:

"Como parte de una reivindicación legislativa y con el derecho a insistir, consideramos que Octavio Paz el ensayista, el intelectual, la voz ausente en estos momentos políticos, nos merece hacer una reflexión en torno a una parte de su obra y su impacto en el devenir histórico de México, conectando El laberinto de la soledad (1950) con Posdata (1969), El ogro filantrópico (1979), Tiempo nublado (1983), Pequeñas crónicas de grandes días (1990) hasta Itinerario (1994).

"Podemos afirmar...

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