La historia según Bartlett

AutorJosé Gil Olmos

Manuel Bartlett Díaz es el único candidato de la izquierda que sigue siendo I priista. Lejos de negarlo, argumenta que su posición I es comprensible si se toma en cuenta que él comparte con Andrés Manuel López Obrador y con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano el nacionalismo y una animadversión a Carlos Salinas de Gortari, "el verdadero operador de la campaña de Enrique Peña Nieto".

El político poblano milita en el PRI desde hace más de medio siglo; conoce a la perfección las entrañas del sistema creado por su partido. Durante ese periodo ha ocupado cargos de relevancia: fue secretario de Gobernación durante el sexenio de Miguel de la Madrid y estuvo al frente de la SEP con Salinas; en 1993 llegó a la gubematura de su entidad natal, donde estuvo hasta enero de 1999, y en 2000 obtuvo una curul en el Senado, al que quiere regresar.

La inclusión de Bartlett en las listas de candidatos del movimiento progresista que encabeza López Obrador molesta a muchos de los seguidores del tabasqueño; algunos incluso le reclaman por darle juego, sobre todo por los escándalos en los que el político priista ha estado inmerso, en particular el fraude de 1988, cuando se le acusó de ser el responsable de la "caída del sistema".

El miércoles 11 López Obrador visitó Cho-lula y tuvo que contener a un grupo de seguidores cuando abuchearon al actual candidato a senador y desplegaron una manta con una foto en blanco y negro en la que aparece con Salinas. Bartlett minimizó el hecho. Dijo que aun cuando sólo fueron seis o siete los inconformes, algunos articulistas ligados a Salinas le dieron vuelo a la información.

-¿Cómo es que, sin renunciar al PRI, ahora se lanza como candidato de la izquierda? -se le pregunta en su casa de campaña montada en el centro de Puebla.

-No es difícil explicar que siendo un priista que se desprende del partido sea ahora un candidato de la izquierda.

-¿No es pragmatismo cínico, como ahora se dice?

-No. Si tomamos en cuenta mi desempeño de los últimos años, no hay ninguna sorpresa. Yo he tenido una profunda diferencia con las dirigencias del partido y del Congreso desde hace muchos años.

Explica que desde el Senado tuvo en-frentamientos con el grupo de sus correligionarios del PRI que impulsaba la privatización del sector energético, lo que lo acercó al PRD. Luego, Jesús Ortega lo invitó a reunirse con López Obrador.

"Él fue el conductor", relata. Desde la Cámara, marché junto a Cuauhtémoc Cárdenas en defensa de la energía eléctrica nacionalizada. La posición de López Obrador es la misma, hay coincidencias, dice Bartlett, e insiste: "Hemos estado en todas las jornadas de defensa del sector eléctrico junto con López Obrador. La invitación se repite ahora. Entonces, no hay ninguna contradicción, sino continuidad".

Aunque presume sus coincidencias con Cárdenas y López Obrador, en particular durante su gestión como senador, a Bartlett se le recuerda más por sus excesos como funcionario, sobre todo cuando estuvo en Gobernación.

En noviembre de 1983, por ejemplo, Proceso elaboró un reportaje sobre tres sobrinos de Bartlett que se engancharon con una secta religiosa y se fueron a Venezuela con la anuencia de sus padres, quienes luego se arrepintieron y los obligaron a regresar al país. El tío Manuel, secretario de Gobernación, usó su influencia para que el gobierno venezolano los deportara.

Los sobrinos denunciaron los abusos cometidos por Bartlett ante este semanario, que preparó el reportaje para...

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