Hambre de gol

AutorRaúl Ochoa

LA PARTIDA, COAH.- Hombre de rancho y de piel curtida por el sol, Freddy Reza, El Pecas, sentencia: "En la vida sólo hay dos caminos: el del éxito y el de la jarra. Y Oribe Peralta eligió el camino acertado".

En su adolescencia, Freddy y Oribe formaron parte del equipo Los Vagos, orgullo de la calle Solares, de tan sólo 23 casas, una de las cuales pertenece a la familia Peralta. Sobre la acera sólo hay dos viviendas de por medio antes de que el camino, ahora pavimentado, se pierda entre lotes baldíos cubiertos por maleza.

Del lado opuesto la calle termina a unos 80 metros y topa con la pared de una terregosa cancha: el cuadro donde Oribe empezó a forjar su futbol. Justo en la esquina con Solares está El Cerrito, calle en que los vecinos mantenían una fuerte rivalidad que acostumbraban dirimir con partidos de fut mediante su equipo, Los Vikingos.

"A Oribe simplemente no lo quería la gente de El Cerrito", recuerda El Pecas a un costado del cuadro, la cancha donde Oribe se daba gusto con la pelota. El campo está prácticamente intacto, salvo que ahora tiene una pequeña tribuna, cuyo desvencijado techo de lámina de zinc fue donado por el propio Peralta.

Pese al tiempo transcurrido, los vecinos de El Cerrito conservan su animadversión contra el actual orgullo de La Partida, ejido de unos 5 mil habitantes. El rechazo en su propio barrio, donde nació hace 28 años, ha sido difícil para Oribe, pues incluso los espectadores del viejo estadio Corona que hoy lo aclaman antes le dieron la espalda.

"Pobrecito de mi hijo. ¡Cómo sufrió! Lo metían a jugar los últimos cinco minutos y la gente quería que con ese brevísimo tiempo resolviera los partidos", dice su madre, Julieta Morones.

En los últimos meses de 2000 Oribe fue convocado a la selección nacional Sub-17 que dirigía José Luis El Güero Real, quien lo vio jugar en un partido amistoso contra el equipo del Centro de Sinergia Futbolística (Cesifut), con sede en Ciudad Lerdo, Du-rango, donde llegó a los 15 años para perfeccionar su técnica.

Peralta fue la estrella del encuentro al anotar los dos goles de la victoria contra la Sub-17. Para entonces ya había abandonado sus estudios en el Conalep de Torreón, donde apenas cursó un semestre.

Como seleccionado Sub-17 participó en el Mundialito de Argentina, donde fue designado el mejor jugador del torneo, por encima del astro argentino Carlos Tévez, y ganó una invitación para probarse en el Real Madrid. Sin embargo, una lesión de tibia y peroné dio al traste con...

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